Por Nicanor León Cotayo
Luego de años transcurridos de un sonado capítulo histórico, otra vez se habla y escribe en Miami sobre Elián.
Fieles a su vieja costumbre, para mentir públicamente a granel.
Correspondió hacerlo a Fabiola Santiago, periodista del Nuevo Herald.
Ella seleccionó como título “Elián González, todavía una ficha política”…
Apegada a su grotesco lenguaje ultraderechista no disimula el odio que acumula hacia este al escribir:
“Pobrecito Elián, ahora un joven militante “manipulado para marchar al ritmo del tambor político de estos tiempos”.
Retórica hasta la médula agrega, sigue siendo un peón en un juego interminable.
“Está regresando a Miami, no a la ciudad que en 1999 le dio la bienvenida luego que dos pescadores lo encontraron flotando atado a una llanta.”
Antes, vale recordarlo, su progenitora había fallecido en una de las aventuras marítimas organizadas por la ultraderecha de origen cubano asentada en la Florida.
Después de casi 17 años, apuntó su artículo, que la mayor parte de la comunidad cubanoamericana estuvo de un lado y el resto de Estados Unidos del otro.
Como era de esperar, no mencionó que la congresista republicana, Ileana Ros-Lehtinen, y sus hombres, virtualmente secuestraron a Elián y trataron de retenerlo allí.
Para ello se aliaron a personas de muy lejano vínculo familiar con el niño de seis años en aras de bloquear su reencuentro con el padre, residente en Cuba.
Nadie olvida, a manera de un símbolo que lo dice todo, cuando Ileana envolvió al pequeño en una bandera de Estados Unidos, imagen que hizo recorrer por el mundo.
Yo creo, estima Fabiola Santiago, que vale la pena volver a la historia de Elián, porque sigue dando fruto. “Hay lecciones para todos”.
Que incluyen la tragedia familiar y personal, así como la batalla por su custodia entre familiares de Miami, su padre y abuelos en Cuba.
Al mismo tiempo, un creciente número de estadounidenses, desplegó un movimiento de respaldo a que volviese, en primer lugar, junto a su padre.
Igual postura asumieron importantes organizaciones y personalidades religiosas y jurídicas de Estados Unidos.
Sin embargo, y no obstante el tiempo transcurrido, la señora Fabiola Santiago prefiere seguir aferrada a lo peor de Miami.
Carente de argumentos serios prefirió afirmar este lunes que Elián se ha convertido “en el seguidor más devoto de la dictadura”.
No perdonan que el joven cubano les haya desbaratado parte de las invenciones montadas alrededor de su historia.
Menos, que en lugar de traicionar la tierra donde nació, sea absolutamente fiel a esta.
Es triste escuchar –dicen- la interpretación unilateral hecha de su propia historia de labios de Elián.
Sin embargo, hasta Fabiola Santiago es vencida por la realidad cuando escribe:
Como él dice provocadoramente, “Mi historia, mi película, está por contarse. Todavía no ha pasado”.
El Nuevo Herald asiente, Sí, por mucho que le dolió a Miami dejar ir a Elián, el lugar del niño estaba junto a su padre.
Como ha sido.
(Tomado de Cubasí)