por María Josefina Arce
La Novena Conferencia Internacional de Energía Renovable, Ahorro de Energía y Educación Energética sesionó por estos días en Cuba, un país que está empeñado en transformar su matriz en esta materia para avanzar en un desarrollo económico sostenible.
La Mayor de las Antillas trabaja seriamente para que en el 2030 el 24% de la matriz energética la ocupe la energía renovable, y aunque se aprecian resultados, aún falta mucho por avanzar en ese sentido.
Por eso el país acomete nuevos proyectos. Destaca la construcción de 25 plantas bioeléctricas con tecnología china que procesarán en periodo de zafra azucarera la biomasa de esta industria y en los restantes meses del año el marabú africano, planta que abunda en los campos cubanos.
Ya se iniciaron las obras de construcción de una de las modernas plantas bioeléctricas que estará situada en las inmediaciones del central Ciro Redondo, en la provincia de Ciego de Ávila y uno de los de mayor producción en el archipiélago.
Qin Yi, director ejecutivo de Shangai Electric Group, encargada de instalar el equipamiento tecnológico e industrial, afirmó que la generación de electricidad a través de la biomasa protege el medio ambiente, pero también proporcionará a la comunidad donde la fábrica se encuentra muchos empleos y la posibilidad de desarrollo.
De hecho se liberarán miles de hectáreas de marabú, una planta invasora que afecta grandes zonas, para que puedan ser sembradas con caña de azúcar u otros cultivos, lo que redundará igualmente en beneficio de la población del lugar.
Esta es una alternativa energética que va ganando adeptos en el mundo, particularmente en países productores de azúcar u otros cultivos como la soja y el maíz.
Según datos de AZCUBA, actualmente la generación de electricidad a partir de la biomasa cañera aporta las mayores cantidades entre todas las fuentes limpias que se emplean en el archipiélago.
Este proyecto ahorrará unas 960.000 toneladas de combustible al año y se evitará la emisión a la atmósfera de 3,65 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Pero en Cuba también se promueven el empleo de otras fuentes de energía renovables como la eólica, ya aprovechada en varios parques distribuidos por la geografía nacional.
Dado el clima cálido de Cuba y las altas temperaturas la mayor parte del año, la energía solar es otra de grandes perspectivas para avanzar en el cambio de matriz energética.
Esta fuente se emplea con muy buenos resultados en las zonas más intrincadas de Cuba, donde no es fácil el acceso para conectar el lugar con el Sistema Nacional Electroenergético.
El país no solo invierte en esta esfera, sino que busca también la cooperación internacional, a fin de facilitar el acceso a la investigación y las inversiones en tecnologías energéticas no contaminantes, incluidas las fuentes de energía renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos dañinas.
Las autoridades están conscientes de la necesidad de incentivar el empleo de estas fuentes de energía limpia no solo para ahorrar divisas al país, sino también para cuidar el medio ambiente.
De ahí que entre otros documentos rectores de la estrategia a seguir el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030 plantee que el Estado promoverá la eficiencia energética y el desarrollo de fuentes renovables como la biomasa, eólica y fotovoltaica.