Por: Guillermo Alvarado
La primera vuelta de las elecciones legislativas de Francia se celebrará este domingo, un evento donde la principal expectativa es conocer si el flamante gobierno encabezado por el joven político Enmanuel Macrón alcanzará una aplastante mayoría de diputados en la Asamblea Nacional, tal y como lo vaticinaron casi todas las encuestas en las últimas semanas.
Aunque en Francia el presidente disfruta de amplias prerrogativas de acuerdo con la Constitución promulgada por Charles de Gaulle en 1958, cuando se inauguró la llamada V República, de todas maneras el órgano legislativo tiene gran importancia para la aprobación de leyes y la fiscalización de los actos del gobierno.
El Parlamento está dividido en dos cámaras, la Asamblea Nacional y el Senado y, a diferencia de otros países, aquí el peso fundamental lo ejercen los diputados, que pueden aprobar en última instancia textos legales rechazados por los senadores.
Este domingo se renovarán los 577 escaños de la Asamblea, también conocida como Cámara Baja, y el ejecutivo aspira a obtener la mayoría absoluta, cifrada en 289 asientos, aunque algunos analistas prevén que en realidad podría lograr entre 385 y 415 diputados, lo cual le daría una enorme ventaja y consolidaría el poder de Macron dentro y fuera del país.
También significaría la debacle de las organizaciones tradicionales, ente ellos el conservador Los Replicanos, el centrista Partido Socialista y el extremista Frente Nacional.
En el campo de la izquierda la Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchos terminaría con el 11 por ciento de votos, en tanto que el Partido Comunista Francés no rebasaría los cinco puntos.
Una victoria aplastante de Macron y su partido La República en Marcha también tendría como consecuencia una transformación radical en la composición de la Asamblea Nacional, pues de sus 535 candidatos, apenas 28 aspiran a repetir en el cargo y todos los demás son figuras nuevas, con un promedio de edad de 48 años y el 42 por ciento son mujeres.
Esto en términos generales podría ser positivo para la nación, porque entraría un soplo de aire fresco en los recintos legislativos, si bien se perdería una buena parte de la experiencia acumulada.
De acuerdo con las normas, gana en primera vuelta el candidato que logre la mayoría absoluta de los votos emitidos, descontando los nulos y en blanco, y si esto no ocurre van a la ronda definitiva los que hayan alcanzado no menos del 12,5 por ciento de sufragios.
En este repechaje, que está programado para el 18 de junio, se gana por mayoría relativa de votos válidos.
De las 577 circunscripciones 539 son de Francia continental; 27 en los departamentos y territorios de ultramar, y 11 para los ciudadanos residentes en el exterior.
Según sean los resultados de estos comicios, bien puede completarse una renovación de la política francesa sin precedentes en los últimos
70 años y solo la experiencia dirá si es para bien o para mal.