por Nicanor León Cotayo
Así lo asomó, entre otros sucesos, la más reciente investigación en la ciudad de Miami, a 24 meses del día que en 2015 anunció su aspiración a la presidencia de Estados Unidos.
Uno de sus primeros mensajes de entonces afirmó sobre los inmigrantes latinoamericanos: “Traen drogas. Traen crimen. Son violadores y algunos, supongo, son buenas personas… Esto viene más allá de Méjico. Viene del sur y de América Latina”.
Un presentador del noticiero de Univisión, y articulista de El Nuevo Herald, Jorge Ramos Avalos, comentó al respecto, que nunca sabremos si lo hizo únicamente para conseguir votos”.
El Migration Policy Institute aclaró que menos del tres por ciento de los indocumentados comete serios delitos.
Hombres de Trump intentaron sepultar lo dicho al declarar que su candidato, ahora presidente, hablaba de inmigrantes sin documentos y con antecedentes criminales.
Ramos Avalos calificó de “grave error” el no haber enfrentado a Trump en junio del 2015 por sus comentarios racistas.
Para algunos eran bromas, y otros fijaron su atención en los record de audiencia que les traería.
Incluso, dijo también el articulista, un conjunto de figuras del Partido Demócrata apostaron a que sería un “contrincante fácil de vencer”.
El gobierno de Méjico, la prensa latina, y unos cuantos periodistas en inglés, criticaron la manera en que Trump criminalizó a millones de inmigrantes.
Ramos Avalos agregó que las palabras de Trump “han tenido un terrible efecto” en Estados Unidos durante los últimos dos años”.
Y enumeró algunos ejemplos, frecuentes ataques físicos y verbales a inmigrantes, el haber entrevistado a niños aterrados de que Trump deporte a sus papás.
Subrayó que el razonamiento de quienes agreden es muy primitivo, si su jefe insulta a minorías, mujeres, musulmanes, migrantes “y gente con discapacidades”, ¿porqué ellos no van a hacer lo mismo?
Por último, Ramos Avalos echó mano a estadísticas del Southern Poverty Law Center para indicar que en Estados Unidos el número de pandillas neofascistas saltó de 784 a 917 (entre 2014 y 2016).
Junto a ello, organizaciones afiliadas al Ku Klux Klan crecieron de 72 a 130 en el mismo período.
Lo único que restaría analizar, escribió, es si los comentarios racistas y antiinmigrantes de Trump fomentaron su crecimiento, o si ya existía un ambiente xenofóbico y violento aprovechado por este.
Jorge Ramos Avalos finaliza su análisis con una sentencia muy atendible, frente a los comentarios racistas de Trump hubo una respuesta “tibia, tardía, pobre e inefectiva”, “casi cómplice”.
Sin embargo, un titulo publicado este viernes en el sitio MiamiDiario corrobora que, a 24 meses de anunciar su aspiración a la presidencia, no todo le ha ido viento en popa.
¿Cómo reza el título aludido?
“Mano dura contra Cuba sigue mermando popularidad de Trump en Florida”.
Luego cita el resultado de un sondeo llevado a cabo en la Florida por Iniciativa Económica y de Negocios de la Universidad Florida Atlantic.
¿Qué arrojó su reciente investigación?
La política anunciada el viernes por Donald Trump sufre una desventaja de 13 puntos frente a la proclamada en 2014 para normalizar sus nexos bilaterales.
Pero además, aclaran, le ha restado aprobación al actual mandatario.
El criterio final de sus investigadores puntualiza que un 47 por ciento de los entrevistados en la ciudad reiteró su apoyo al acercamiento bilateral, mientras el 34 por ciento se pronunció a la inversa.
"En conjunto, sentencian los encuestadores, la gente (de Florida) apoya más la política del presidente Barack Obama hacia Cuba, mientras la tasa de aprobación de Trump sigue cayendo.
(CubaSí)