Por María Josefina Arce
El uso de las fuentes renovables de energía es uno de los aspectos que impactan en el nivel de vida de la población cubana, especialmente de las zonas montañosas, por lo que el país está empeñado en incrementar la utilización de esas alternativas que permiten llevar la electricidad a las zonas de difícil acceso.
De ahí que este tema también haya centrado la atención de los diputados que recientemente se reunieron en el noveno período ordinario de sesiones de la octava legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
En esos debates se pudo conocer que Cuba progresa en el desarrollo de las fuentes renovables de energía, con vistas a generar hasta el 24 por ciento de electricidad de cara a 2030.
Esta política comenzó en 2014 y busca la sustitución de más de un millón de toneladas de petróleo anualmente a partir del 2030, modificando de manera paulatina la matriz energética en la nación para lograr también un mayor cuidado del medio ambiente.
En estos planes desempeñan un papel esencial el aprovechamiento de los rayos solares, un recurso de gran caudal en la Mayor de las Antillas. Diversos estudios refieren que el archipiélago cubano recibe un promedio de radiación solar al año superior a los mil 800 kilovatios, lo que avala las potencialidades del país para estos fines.
En la sesión parlamentaria se precisó que se concibe completar 191 parques solares fotovoltaicos, de los cuales hay 22 en operación, mientras que una treintena se incluyeron en el plan del actual calendario y 27 están previstos para 2018.
Solo había transcurrido poco más de una semana de los debates del Parlamento cubano, cuando se conoció que los pobladores de la comunidad de Caguagua, en el municipio de Quemado de Güines, en la central provincia de Villa Clara, contarán con energía eléctrica generada por el sol a partir de la puesta en marcha de un parque de paneles fotovoltaicos.
Ya comenzaron las primeras pruebas para la instalación de Caguagua, que permitirá generar energía eléctrica equivalente a la que consumen unas dos MIL 200 viviendas.
En los próximos tres años se deben conformar 12 conjuntos más, distribuidos en diferentes poblados, centros estudiantiles y de producción , como el asentamiento La Criolla, en el municipio de Santo Domingo, la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, y la mini industria de la empresa agropecuaria Valle del Yabú, entre otros.
En las montañas de Villa Clara en la actualidad escuelas, consultorios del médico y la enfermera de la familia, y otras instalaciones sociales cuentan con la energía generada por el sol, para realizar sus funciones comunitarias.
Esas inversiones son costosas pero se pueden recuperar en una década, y tienen una vida útil de 25 años, además del beneficio que representan para el medio ambiente, pues son energía limpia que no emiten a la atmósfera ningún tipo de gas contaminante.
La energía solar en el país se emplea fundamentalmente en sitios apartados e intrincados hasta donde no llegan las redes eléctricas convencionales, lo que ha tenido un gran impacto en esas comunidades, que han visto mejorar sus condiciones de vida, al poder contar con los servicios necesarios.