Por Arnaldo Musa
Los continuados golpes a las fuerzas terroristas en Siria, la exitosa acción combinada de las fuerzas aliadas al ejército sirio y las dificultades para mantener la logística de aprovisionamiento a otras fuerzas de oposición han llevado al virtual colapso de la agresión incoada por el imperialismo y el sionismo para derrocar al legítimo gobierno de Bashar al Assad.
Ello se traduce en las últimas horas en la eliminación de 800 terroristas por la aviación rusa en el Valle del Éufrates, las fuertes bajas causadas al Estado Islámico (EI) o Daesh por asesores y militares iraníes que acudieron a Siria a pedido de Al Assad, el inicio de la ofensiva de militares libaneses, en combinación con el experimentado Hezbollah, para expulsar a los opositores en las proximidades de la frontera entre ambas naciones, y el propio accionar del ejército sirio, como principal fuerza terrestre en la liberación de zonas ocupadas.
Todo ocurre cuando se cosecha el éxito de la ofensiva del ejército de Iraq para expulsar al EI de los pocos bastiones que le quedan en esa nación, y la negativa del gobierno de Bagdad a que se emprenda ofensiva alguna en su territorio para atacar a las fuerzas iraníes que colaboran con Damasco.
Para Tel Aviv cualquier pretexto es bueno con tal de que pueda destruir y dividir al enemigo, y ahora es la presencia iraní el que le hace preparar sus modernos aviones y blindados para penetrar en territorio sirio, ya constantemente atacado en el sur por Tel Aviv para proteger a los terroristas, a quienes siempre le ha brindado apoyo logístico, incluso hospitalario.
La coalición aérea internacional comandada por Estados Unidos no ha dejado de bombardear zonas liberadas por el ejército sirio, con el saldo de centenares de muertes de civiles mayormente refugiados que habían regresado a sus hogares, luego de una contienda que ya dura seis años y causado la muerte a más de 300 000 personas y el éxodo de millones.
Ahora Israel se escuda en la presencia militar iraní, como antes se escudaba en la fortaleza del Hezbollah libanés, el cual, como reconoce el gobierno sionista, es una fuerza difícil de vencer, y de ahí los constantes bombardeos al sur sirio.
Los señalamientos se producen un día después de que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu se reuniera en el balneario de Sochi con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, para convencer al líder ruso que se opusiera a la presencia de los asesores y militares iraníes que luchan contra el EI en Siria.
Netanyahu advirtió que “Irán tendrá que salir de Siria" o Israel actuará de manera adecuada y según sus líneas rojas, a pesar de que Putin restó peso a estas amenazas militares contra Irán.
Y es que cualquier argumento gubernamental israelí pierde seriedad, cuando se conoce que el sionismo es el único beneficiario del complot tramado contra la región, destinado a debilitar a Siria y dividir a Iraq.
Ello se demuestra cuando la ya mencionada coalición anti-EI, liderada por EE.UU., tiene por objetivo obstaculizar el avance de las fuerzas sirias en su lucha antiterrorista, por lo cual no pueden alegar que combaten al terrorismo y traten de engañar al mundo con estas acciones, y al mismo tiempo atacan a fuerzas que luchan contra los takfiríes.
Según un plan revelado en Londres, ello forma parte de un complot en el que Israel juega un importante papel para destruir a Irán y Siria, con lo cual ponen al mundo al borde de la Tercera Guerra Mundial.
Al respecto, Willi Wimmer, exsecretario de Estado del Ministerio de Defensa alemán opinó que ello forma parte de las acciones unilaterales e injustificadas de EE.UU., lo cual conducen a una escalada internacional.
En una entrevista concedida a la agencia de noticias rusa Sputnik, Wimmer aseguró que la preocupación de la humanidad ante una Tercera Guerra Mundial es justificada, ya que muchos observadores señalan que "nuestra trágica situación actual es muy similar a la crisis de los misiles en Cuba", en 1962.
"Todas las personas están deprimidas, calladas y preocupadas, exactamente igual que en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial, según las descripciones de los observadores internacionales. Todos los habitantes en la Tierra se sienten así, porque el comportamiento del presidente de Estados Unidos (Donald Trump), al estilo Rambo, por desgracia, pone al mundo ante un hecho consumado", consideró Wimmer, quien detalló que desde el fin de la Guerra Fría, EE.UU. ha optado por una nueva estrategia, es decir, busca dominar el mundo, e incluso lo anuncia abiertamente.
(Tomado de Cubasí)