Por: Roberto Morejón

El bloqueo de la principal potencia del mundo contra Cuba ejerce tantas persecuciones que David Pethe, presidente y director ejecutivo de la compañía canadiense Sherritt NO puede visitar Estados Unidos, porque invirtió en el país caribeño.

Sherritt International Corporation es la mayor inversionista directa en Cuba desde hace más de dos décadas y opera activamente en la minería y energía.

A pesar de las limitaciones impuestas por el bloqueo estadounidense, la Sherritt prosigue los negocios aquí y sus ejecutivos constatan que Cuba debe sortear numerosos impedimentos para avanzar en uno de sus principales rubros exportables.

Precisamente, el boicot obstaculiza el amplio programa inversionista en la rama del níquel más cobalto en el municipio oriental de Moa, donde se concentra la minería a cielo abierto.

La Empresa Comandante Ernesto Che Guevara es una de las dos encargadas de procesar el metal y NO pudo exportar cerca de tres mil 500 toneladas de sulfuro de níquel aportadas entre abril y diciembre de 2016.

La complicación se atribuye a la imposibilidad de hallar un banco dispuesto a abrir una carta de crédito en el exterior, como consecuencia del ejercicio extraterritorial del bloqueo estadounidense.

La Empresa mixta Moa Nickel SA, encargada de la rama, dejó de ingresar por tanto poco menos de 24 millones de dólares.

La entidad tampoco puede adquirir en Estados Unidos parte del azufre requerido para el tratamiento del níquel.

NO obstante, el socio canadiense y la parte cubana apelan a su experiencia para sortear los desafíos del bloqueo y prevén producir casi 54 mil toneladas de sulfuros de níquel más cobalto en 2017.

La tarea es engorrosa porque ante la disminución de los precios en el mercado es imprescindible reducir los costos de producción.

Para Cuba es positivo que el níquel sea esencial en la producción de acero inoxidable y otras aleaciones resistentes a la corrosión y que el cobalto lo requieran para superaleaciones clave con destino, por ejemplo, a motores de aviones.

O sea, la demanda internacional persiste, pero si el bloqueo permitiera el acceso al mercado estadounidense entonces sería factible adquirir insumos allí y cesarían los inconvenientes a operaciones internacionales de Cuba.

Las incidencias del asedio en la rama del níquel se contabilizan en las pérdidas totales ocasionadas a la economía cubana por esa causa desde hace más de medio siglo, ascendentes a 820 mil millones de dólares.

Con razón, Cuba presenta desde mil 992 en la Asamblea General de la ONU proyectos de resolución, todos aprobados, para poner fin a la genocida medida.

El primero de noviembre será la siguiente exposición, cuando serán explicados, entre otros, los perjuicios a la rama niquelífera cubana.