Por: Roberto Morejón
Entre las atracciones de la trigésimo quinta Feria Internacional de La Habana destaca la actualización sobre los progresos y perspectivas de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, destinada a representar la puerta de entrada del comercio para Cuba.
En momentos en que comienzan a palparse modestos avances en la captación de inversiones extranjeras con la recepción este año de más de dos mil millones de dólares, sobresale el papel asignado al enclave situado a 45 kilómetros al oeste de La Habana.
El emplazamiento destinado a las inversiones y producciones asociadas con régimen de trabajo específico muy ventajoso para los hombres de negocios, también hace aportes al flujo de capitales y tecnologías hacia este país caribeño.
Calificada de estratégica para la economía cubana, la Zona Especial de Desarrollo de Mariel tiene en operaciones nueve de las 27 empresas aprobadas, con iniciativas aportadas por Panamá, México, Bélgica, España, Francia, Holanda, Vietnam, Brasil y Corea del Sur.
Tanto en esa zona del país como en otras esferas, Cuba busca la diversificación de los inversionistas y en la relación apuntada se aprecia esa característica.
Las entidades aprobadas se vinculan fundamentalmente a los servicios logísticos, producción industrial de materiales y tecnologías de la construcción, alimentos, energía renovable y la biotecnología y farmacéutica.
Para tener una idea de la importancia de los proyectos suscritos podemos citar la construcción de una gran industria en Mariel para entregar medicamentos genéricos y biotecnológicos.
La plataforma inversionista al oeste de la capital cubana trabaja sin estridencias, sus ejecutivos están aún en fase de despegue y los funcionarios de comercio exterior encargados de las negociaciones con los empresarios foráneos aprenden experiencias sobre el terreno.
La marcha positiva de la Zona Especial de Desarrollo pone de relieve que junto a otras propuestas de la economía, Cuba sigue en la atención de potenciales inversionistas, si bien surgen nuevos obstáculos por el retroceso en la normalización de relaciones con Estados Unidos.
La infraestructura de Mariel con su moderna terminal de contenedores presta una contribución clave al programa de inversiones priorizadas del gobierno, enfiladas a asegurar el crecimiento sostenido de las exportaciones de bienes y servicios y el encadenamiento con industrias locales.
Con importantes vías de acceso, el polo de desarrollo mencionado aporta al objetivo de Cuba de captar anualmente unos dos mil 500 millones de dólares de inversión foránea.
Tanto en el Mariel, como en el resto de Cuba, se ofrecen oportunidades de negocios amparadas por la estabilidad política, jurídica y social y la existencia de ambiciosos planes de desarrollo.