Por María Josefina Arce
Libre, soberana e independiente está y estará Cuba, reafirmó el presidente Raúl Castro, en su discurso de clausura del décimo periodo ordinario de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el que ratificó el carácter socialista de la revolución cubana y la decisión del país de continuar el rumbo trazado, sin injerencias, ni presiones.
A medulares temas del acontecer nacional e internacional se refirió Raúl Castro en sus palabras, en las que abordó las relaciones Cuba-Estados Unidos, ante el retorno de la nueva administración norteamericana a una política hostil y obsoleta.
Destacó que nuestro país no es en lo absoluto responsable del retroceso que en 2017 ha experimentado el proceso de acercamiento entre las dos naciones, iniciado después de que el 17 de diciembre de 2014 los presidentes Raúl Castro y Barack Obama dieran a conocer la decisión de restablecer los nexos diplomáticos y avanzar hacia la normalización de los vínculos.
Lo cierto es que, como puntualizó el jefe de estado cubano, las acciones del gobierno del presidente Donald Trump desde que llegara a la Casa Blanca en enero pasado han estado marcadas por la agresividad y la aplicación de injustificadas medidas.
De hecho la firma en junio pasado del “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba” corroboró cuál es el camino escogido por la nueva administración, que ha nucleado a su alrededor a elementos de la ultraderecha de origen cubano asentada en Miami, desde donde se han fraguado incontables acciones criminales contra el pueblo cubano.
Siguiendo esos viejos derroteros Trump ha apostado por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace más de medio siglo mantiene Estados Unidos contra Cuba y, que como denunciara ante la ONU el canciller cubano, Bruno Rodríguez, ha causado al país desde abril de 2016 hasta abril de 2017 pérdidas en el orden de los 4 305 millones de dólares.
En ese camino en noviembre último entraron en vigor nuevas restricciones que dañan el proceso de acercamiento, pues además de impedir las transacciones económicas entre empresas de las dos naciones, limitan aún más las posibilidades de los norteamericanos de viajar a Cuba.
El presidente instruyó el fin de los contactos pueblo a pueblo individuales, que permitían a los estadounidenses viajar a Cuba por su cuenta, sin necesitar el auspicio de una organización.
Lo cierto es que Washington ha optado por marchar solo en dirección contraria, pues el mundo en una nueva votación histórica en noviembre pasado se pronunció por vigésimo sexta ocasión en contra de una medida que cercena el derecho del pueblo cubano a un desarrollo próspero y sostenible por el que trabaja, como se evidenció en el análisis y los documentos aprobados en la sesión plenaria de este jueves por el Parlamento cubano.
Pero la administración Trump no se ha limitado a un recrudecimiento del genocida bloqueo, sino que como denunciara el presidente cubano en su discurso ante el Parlamento ha abierto nuevos frentes de tensión y para ello ha acudido nuevamente a la fabricación artificial de pretextos que justifiquen el regreso a políticas fracasadas y universalmente rechazadas.
El jefe de estado cubano reiteró categóricamente que Cuba no tuvo ni tiene responsabilidad alguna en los incidentes que se alega habrían afectado la salud de diplomáticos acreditados en La Habana o de otros visitantes extranjeros.
Incidentes de salud que cómo demostraron las investigaciones realizadas minuciosamente por casi dos mil personas, incluyendo a los más prestigiosos científicos del país, solo intentan justificar una política agresiva e irrespetuosa.
Ratificó Raúl Castro la decisión de Cuba de continuar trabajando para preservar, en la medida de lo posible, los espacios de intercambio y cooperación establecidos en los últimos años, al tiempo que reiteró la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con los Estados Unidos.
Diálogo que siempre debe ser sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, un derecho de cada pueblo y que el cubano ha defendido dignamente ante los ataques de 11 administraciones norteamericanas.