Por María Josefina Arce
El mensaje navideño del presidente argentino poco ha tenido que ver con la situación que vive hoy el país sudamericano. Según Mauricio Macri con sus reformas, está construyendo 'el país que soñamos, ese país donde valga la pena vivir, donde nuestros hijos y nietos puedan crecer y ser felices'.
Pero la realidad es otra. En la Argentina de Macri la política neoliberal puesta en marcha ha desencadenado los peores indicadores sociales de los últimos años. La brecha entre los ricos y los más necesitados ha crecido alarmantemente.
El desempleo y el aumento de la pobreza signan el mandato del actual presidente, empeñado en poner en marcha varias reformas que no cuentan con el apoyo popular pues cercenan derechos de los trabajadores y de los argentinos en general.
En ese camino están los cambios al sistema previsional, sancionados por el Congreso la pasada semana, que afectan a millones de pensionados y jubilados, mientras que la reforma laboral aún sin aprobar amenaza las conquistas de los obreros.
Su mensaje como el eslogan de su campaña electoral “pobreza cero” dista de la realidad que enfrenta actualmente Argentina, donde el desempleo y los aumentos de las tarifas de servicios básicos se incrementaron constantemente desde diciembre de 2015.
En dos años se ha generado más de un millón 500 mil de nuevos pobres y unos 600.000 nuevos indigentes, mientras que el desempleo está cerca del nueve por ciento.
Por demás, entre 2016 y 2017 se acentuó la persecución penal contra organizaciones, militantes y activistas por hechos o situaciones relacionados con el ejercicio de derechos humanos
En un reciente informe, el Centro de Estudios Legales y Sociales expresó su preocupación por la "criminalización" por el estado argentino de la protesta social.
Algunos de los casos expuestos en el documento son la detención de Milagro Sala, presa desde enero de 2016, los asesinatos de Santiago Maldonado y el joven mapuche Rafael Nahuel y la feroz represión contra las manifestaciones de protesta por la reforma previsional.
Otro informe de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional mostró que en 721 días del Gobierno de Cambiemos se registraron 725 fallecidos, por lo que describe esta etapa como una de las más represivas de la historia argentina.
María del Carmen Verdú, dirigenta de la coordinadora, aseguró que en el documento sobre 2016 hay consignados 200 casos menos de los que hoy sabemos que se cometieron y aseguró que habrán más muertos en 2018 debido a la represión sobre los sectores populares organizados.
No olvidemos que en mayo pasado el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura criticó la situación de los derechos humanos en Argentina. Los expertos cuestionaron en especial el abuso policial, las detenciones arbitrarias, la desprotección y la discriminación a los inmigrantes del último año, así como la violencia de género y los feminicidios en el país.
Lo cierto es que la Argentina de hoy, cuyo destino está desde hace dos años en manos de Mauricio Macri, es una Argentina para ricos. La inmensa mayoría de la población solo ha visto agravarse sus problemas y las estadísticas contradicen el panorama optimista descrito por el actual presidente.