Por: Guillermo Alvarado
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría anunciar en los próximos días su retiro definitivo del acuerdo de libre comercio con México y Canadá, un pacto que ya calificó en una ocasión como el peor firmado en la historia, pero que ha dado enormes ventajas a su país desde su puesta en vigor el 1 de enero de 1994.
Las tres naciones del norte del continente realizan negociaciones impuestas por el jefe de la Casa Blanca para modificar algunos aspectos del tratado, y justamente entre el 23 y 28 de enero celebrarán la sexta y penúltima ronda.
De acuerdo con versiones de prensa aún no confirmadas, en esas fechas sería cuando Trump haría público su anuncio, lo que significaría también el abrupto fin de las conversaciones.
Para el gobierno de México, que preside Enrique Peña Nieto, sería una mala noticia en pleno inicio de la campaña con vistas a las elecciones presidenciales del próximo 1 de junio, cuando el Partido Revolucionario Institucional, PRI, aspira a mantener el poder, una apuesta difícil dado el descontento de la población por la persistente violencia y el deterioro de la calidad de vida.
Y decimos que es una mala noticia no porque ese acuerdo haya significado algo positivo para el país latinoamericano. Todo lo contrario, el llamado libre comercio con dos potencias económicas, como lo son Estados Unidos y Canadá, resultó ruinoso para los pequeños y medianos empresarios mexicanos, de manera particular para el sector agropecuario donde desaparecieron millones de empleos.
Es verdad que las exportaciones hacia su vecino del norte crecieron cinco veces en los últimos 23 años, pero eso mismo tiene un componente negativo porque impidió la diversificación de su mercado exterior. En estos momentos el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas van a parar a Estados Unidos y eso lo coloca en una posición peligrosa y lo hace víctima de los chantajes de Washington.
Una muestra es que apenas empezaron a correr los rumores de un próximo abandono del acuerdo por parte de Trump, la moneda mexicana, el peso, sufrió una caída en el mercado cambiario.
Respecto al otro socio, Canadá, la situación es mucho más tranquila porque aún cuando su comercio con Estados Unidos es intenso, tiene un desarrollo industrial más grande y produce artículos que seguirían siendo comprados aún cuando el tratado se disuelva, entre ellos los derivados de la madera.
De hecho Ottawa ya inició una especie de contra ataque al presentar una amplia queja ante la Organización Mundial del Comercio por malas prácticas de Washington en el uso de aranceles antisubsidios y otras medidas para combatir la competencia desleal.
El expediente de 32 páginas contiene 200 ejemplos de cómo Estados Unidos se beneficia de esta manera, en detrimento de sus principales socios.
Desde que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte se estaba negociando numerosas voces advirtieron a México que tenía poco que ganar, y mucho para perder, en un acuerdo de esta naturaleza con dos países más desarrollados. La vida está demostrando una vez más que, como reza el refrán popular, la cuerda siempre se rompe por la parte más delgada.