Los retos del gobierno boliviano

Editado por Maite González Martínez
2018-01-24 08:46:52

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Por María Josefina Arce

Uno de los principales retos para el gobierno que preside Evo Morales es mantener la estabilidad y el auge económico que ha caracterizado a Bolivia en la última década y que en 2017 lo afianzaron como líder en Sudamerica, al concluir el año con un crecimiento de 4.2 por ciento de su Producto Interno Bruto, un logro reconocido nuevamente por instituciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

En esa línea destacan los planes del gobierno para impulsar las esferas de los hidrocarburos, minería, energía y agropecuaria, y en especial su industrialización.

Un importante paso fue la puesta en marcha en los últimos meses de una planta petroquímica en la localidad de Bulo Bulo, en la región central de Cochabamba, que producirá urea y amoniaco y generará ingresos anuales por 233 millones de dólares.

De acuerdo con las autoridades se calcula que entre el 10 y 20 % de la producción cubra la demanda interna de fertilizantes y el resto se exportará a mercados potenciales en Perú, Argentina, Paraguay y a los estados brasileños de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul.

La implementación de esa industria supone un mejoramiento de la calidad de vida de todos los bolivianos, ya que permitirá ampliar la superficie de cultivos y subir la productividad agrícola en un 42 por ciento, al tiempo que buena parte de los ingresos se destinarán a programas sociales.

Asimismo en marzo pasado se aprobó la empresa Yacimientos de Litio Boliviano que impulsará la industrialización del mineral y actuará en toda la cadena productiva que incluye desde la prospección hasta la comercialización.

El litio boliviano está en el salar de Uyuni, un desierto blanco de 10.000 kilómetros de superficie, que supera las reservas que también en salares poseen los países vecinos de Argentina y Chile.

También se crearon las plantas piloto de cloruro de potasio y de carbonato de litio, ambas situadas en la localidad de Uyuni, en el departamento de Potosí, con una capacidad de 350 mil toneladas al año, la primera, y de 15 mil, la segunda.

Con todos estos proyectos el presidente Morales persigue continuar elevando la calidad de vida de los bolivianos y para ello también se ha trazado otras metas, como seguir garantizando la salud gratuita eficiente y oportuna de la población.

En el 2017 el país contaba con más de tres mil establecimientos médicos, pero se continúa la edificación de otros centros, al tiempo que se profundiza en la formación de profesionales.

Ya son muchos los logros en esta esfera que ha sido reconocidos por las Organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, como la disminución del índice de mortalidad infantil y de la desnutrición crónica en niños menores de cinco años en Bolivia, así como la expansión del acceso a la atención prenatal.
La educación es otra de las ramas a las que el gobierno que preside Evo Morales brinda una especial atención, lo que ha hecho posible el incremento y profesionalidad de los maestros; así como el aumento del número de centros educativos en el territorio nacional.

Por demás se logró disminuir el índice de deserción escolar de niños en enseñanza primaria, un resultado íntimamente ligado a los programas gubernamentales que ofrecen ayuda económica a las familias más humildes para aliviar los costos indirectos de la educación pública, tales como transporte y útiles escolares.

No obstante todos estos avances en los doce años de gestión de Evo Morales, las autoridades comprometidas con el bienestar de los ciudadanos, siguen trabajando para profundizar la transformación de Bolivia en una nación más industrializada, justa y equitativa.



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