Los cubanos defienden el pensamiento martiano de nuestra América

Editado por Maite González Martínez
2018-02-06 07:31:36

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Por: Roberto Morejón

Muchos cubanos consideraron insólita la reciente defensa de la Doctrina Monroe realizada por el secretario norteamericano de estado Rex Tillerson, antes de su viaje a América Latina.

Los cubanos saben de las posturas críticas de los patriotas locales sobre el papel de Estados Unidos en Nuestra América.

El Héroe Nacional José Martí dividió el continente americano en dos, la América inglesa o sajona, y la América española, e incluso llamó Estados Unidos del Norte al país cuya capital es Washington.

Martí escribió en 1889: “De la tiranía de España supo salvarse la América española; y ahora, después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia.”

Razón tenía el Apóstol. Los gobiernos estadounidenses hicieron lo indecible por tutelar el destino de Cuba, desde su intervención en mil 898 para manipular el final de la contienda independentista de los mambises contra los colonialistas españoles, hasta 1959.

Se trató de una política insertada en el postulado colonialista redactado por John Quincy Adams y esbozado inicialmente por el presidente James Monroe: “América para los americanos”, en alusión a los estadounidenses.

Por cierto, John Quincy Adams dijo en 1822 que “para nuestros intereses, la importancia de Cuba NO es comparable con la de ningún otro territorio extranjero”.

Lo que se conocería como la Doctrina Monroe de mil 823 se perfiló para impedir intromisiones europeas en el Hemisferio Occidental, pero tenía otras proyecciones.

El precepto fue el soporte ideológico de Washington para inmiscuirse en los asuntos de Nuestra América.

Ante el rechazo en América Latina de la agresiva formulación de Monroe y el surgimiento de procesos de justicia social como el de Cuba y posteriormente en Venezuela, las administraciones estadounidenses hablaron menos del engendro.

Incluso el entonces secretario norteamericano de Estado John Kerry afirmó en 2013 que la era de la Doctrina Monroe había terminado.

En su criterio, el gobierno de Barack Obama buscaba “compartir responsabilidades con sus homólogos del subcontinente”.

El orador fue más preciso seguidamente al insistir en promover la democracia en la región, según la visión estadounidense, y así los oyentes verificaron la continuidad de la política injerencista.

Si Obama y Kerry prefirieron cambiar la terminología, la administración siguiente decidió retomarla.

NO por casualidad, la nueva estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos reafirmó el carácter imperialista y habló de las supuestas amenazas de Cuba y Venezuela.

Los cubanos están atentos al arsenal avieso de Trump a través de su dogma “América primero” o la reactivación de la doctrina Monroe.



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