Por María Josefina Arce
El 2017 fue un año de intensos fenómenos meteorológicos que dejaron una estela de muerte y destrucción en el Caribe. Los países del área apenas comenzaban a recuperarse de los estragos provocados por el huracán Irma a principios del mes de septiembre, cuanto fueron golpeados por María.
México, con costas en el Caribe, fue sacudido en ese año por dos fuertes terremotos de más de siete grados en la escala de Richter, que dejaron cientos de muertos y decenas de edificios colapsados e inservibles.
Este fue el panorama en 2017 para el Caribe, que no puede ignorar los altos costos en vidas humanas y para la economía que traen aparejados esos fenómenos, que año tras año se intensifican a causa del cambio climático y que además significan un retroceso en la consecución de los objetivos de Desarrollo sostenible de la Agenda 2030.
Según los estudios globales se avizora que existe una tendencia de incremento de frecuencia e intensidad de amenazas de origen meteorológico, lo cual será fuente de cada vez mayores daños.
Por eso, la necesidad de aumentar la cooperación entre los países del área frente a la amenaza de las catástrofes naturales ha sido un tema esencial en la vigésimo novena sesión interanual de la CARICOM, Comunidad del Caribe, que acaba de concluir en Haití.
Como país que ostenta la presidencia de turno de la Caricom desde el primero de enero, Haití señaló que de los retos a los que se enfrentan los países del Caribe, entre ellos cumplir con los Objetivos de Desarrollo de la Agenda 2030, el más grande es el relativo al cambio climático, dado que "estamos en la trayectoria de los huracanes, por eso cada año vamos a estar bajo esta amenaza".
De ahí que una de sus propuestas fue la creación de un fondo común para ayudar a los países de la región cuando sufran desastres naturales y no esperar una ayuda que a veces nunca llega, además de trabajar para poner sistemas de prevención regional que palíen los efectos de estos fenómenos.
En este sentido, anunció que en los próximos meses organizará "una conferencia internacional con compañías de seguros para fortalecer estas instituciones y buscar soluciones juntos."
La CARICOM ha venido trabajando para aunar esfuerzos y hacer frente al cambio climático dada su alta vulnerabilidad ante ese fenómeno y ha recibido asesoramiento y ayuda de otras naciones que como México y Cuba no conforman el bloque, pero sus costas están bañadas por el Mar Caribe.
Además de brindar su ayuda solidaria ante los desastres naturales, Cuba y la CARICOM suscribieron en diciembre pasado, en la sexta cumbre bilateral en Antigua y Barbuda, un Memorando de Entendimiento entre la Agencia de Manejo de Emergencias en Desastres del Caribe y la Defensa Civil cubana.
El acuerdo ayudará a la capacitación, planificación y coordinación del desarrollo de los recursos humanos en áreas relacionadas con la gestión de desastres.
Hay que destacar que la Defensa Civil cubana lleva años trabajando con autoridades caribeñas en el intercambio de preparación y capacitación de personal y de talleres auspiciados por la ONU.
México por su parte, se ha comprometido a incrementar la colaboración de las dependencias mexicanas involucradas en la gestión de riesgos, a fin de poner a disposición de las naciones que lo requieran capacitación en ámbitos como la protección civil, manejo de información estadística y geoespacial.
Ante su alta vulnerabilidad el Caribe busca coordinar estrategias para hacer frente a los cada vez más intensos fenómenos que cada año azotan la región, que dejan numerosas víctimas fatales y cuantiosas pérdidas económicas que atentan contra el desarrollo de los países caribeños.