Por Guillermo Alvarado (RHC)
Cerca de 30 millones de colombianos están llamados a acudir este domingo a las urnas para elegir a los miembros del Senado y la Cámara de Representantes, en unos comicios donde de acuerdo con los sondeos no aparece ningún partido con posibilidades de alcanzar la mayoría legislativa absoluta.
La campaña ha estado marcada por numerosas agresiones contra candidatos o partidos políticos y matizada por un ambiente de violencia dirigida en particular contra líderes comunitarios, defensores del medio ambiente y de los derechos humanos e indígenas.
Otro fenómeno común en estas votaciones es la compra de sufragios, una práctica que favorece sobre todo a los partidos con mayores recursos económicos. Según datos difundidos por medios de comunicación locales, un voto legislativo puede pagarse entre 50 mil o 100 mil pesos colombianos, ente 18 y 36 dólares, si bien hay caciques locales que piden hasta 30 millones de pesos, casi 10 mil 500 dólares, por aportar un número determinado de votantes.
Si a esto se le suman los costos de publicidad, logística, transporte y otros, una candidatura a senador bien puede costar más de un millón de dólares, lo que aleja las posibilidades de ser electo a un ciudadano común y corriente.
Para maquillar un poco esta situación, las leyes electorales garantizan algunas plazas para comunidades indígenas y afrodescendientes, que son prácticamente simbólicas y carecen de cualquier poder electoral práctico.
En esta oportunidad, de los 108 miembros del senado, dos serán para indígenas y cinco estarán reservadas para la exguerrillera Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, FARC, según mandan los Acuerdos de Paz.
En la Cámara de Representantes las FARC tendrán otros cinco escaños garantizados, los afrodescendientes dos, los indígenas otros dos y uno que representará a los residentes en el exterior. El resto, 161, serán designados por el voto ciudadano.
Además de los 10 escaños garantizados por los acuerdos, los exinsurgentes buscarán otros en las elecciones, aunque desestimaron su participación en las presidenciales por la falta de garantías de seguridad y la salud de su candidato, Rodrigo Londoño.
Junto con los comicios legislativos tendrán lugar dos consultas interpartidistas para designar candidatos presidenciales por coaliciones de derecha e izquierda.
En una de ellas participarán Ivan Duque, del uribista Centro Democrático; Martha Lucía Ramírez, de la agrupación Por una Colombia Honesta; y Alejandro Ordóñez, de La Patria de Pie. Los sondeos dan como ganador a Duque.
La otra consulta es para escoger entre el ex alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, propuesto por Colombia Humana; y Carlos Caicedo, de Fuerza Ciudadana. En este caso el favorito para obtener la candidatura formal es Petro.
Luego de la jornada dominical, los colombianos continuarán sumidos en un ambiente electoral de cara a los comicios presidenciales, cuya primera vuelta está programada para el 28 de mayo y la segunda, de ser necesaria, el 17 de junio cuando se conocerá al sucesor de Juan Manuel Santos.
