Rebelión de docentes en Estados Unidos

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2018-04-05 09:54:05

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Por:Guillermo Alvarado.

En el país más rico del mundo, Estados Unidos, decenas de miles de educadores en varios estados decidieron interrumpir sus actividades y tomar las calles para protestar por las pésimas condiciones en que deben realizar su trabajo, sus ínfimos salarios y los planes de ejecutar mayores recortes presupuestarios en ese sector.

Las acciones se han realizado primero en Oklahoma y Kentucky, donde el gasto público en educación es mínimo y puede bajar aún más, y luego se ampliaron a Arizona y en los próximos días se estima que se sumarán también los maestros de Wisconsin, Pensylvania y Nueva Jersey.

En todos los casos las razones son similares y tienen que ver con la baja remuneración para los docentes, que en muchos casos tienen que pagar de su propio bolsillo los materiales que utilizan para impartir sus clases.

Una acción sin precedentes ocurrió en Oklahoma y Kentucky, donde los manifestantes corearon consignas como “alto a la guerra contra la educación pública” y consiguieron además el apoyo de numerosos padres de familia y estudiantes, que los acompañaron hasta la sede de los gobiernos locales donde exigen detener los planes de recorte contenidos en el presupuesto de 2018.

En los últimos días se publicaron fotografías en las redes sociales para denunciar el calamitoso estado en que se encuentran libros de texto, sillas, escritorios e infraestructura, de manera particular en los barrios más empobrecidos, donde la situación no difiere mucho de lo que se pudiera ver en países africanos.

Todo esto ocurre justamente cuando el gobierno del presidente Donald Trump forzó al Congreso a aprobar un presupuesto de defensa extraordinariamente alto, con 700 mil millones de dólares, con el pretexto de modernizar las fuerzas armadas, sobre todo el arsenal nuclear.

Esa suma no contiene otras partidas más o menos secretas asignadas a servicios de inteligencia o de espionaje para tareas encubiertas, tanto en el propio territorio estadounidense, como en cualquier parte del mundo.

Mientras se reduce el gasto público en servicios indispensables, como salud, vivienda y educación, el mismo Trump se permitió bromear al decir en un mensaje difundido por twitter que, ahora que el ejército es rico de nuevo, podría permitirse construir el muro en la frontera con México, una de sus obsesiones particulares.

El hecho concreto es que el presupuesto de defensa creció en 10 por ciento, mientras que el de educación bajó en 13,5 puntos. Muchos de los programas cerrados por los recortes serán financiados por grupos particulares, lo cual es una forma disfrazada de privatizar estos servicios.

Un país que gasta más en armas que en materiales escolares y salarios para sus maestros no es una democracia, porque no gobierna para la mayoría ni, mucho menos, puede pretender dar lecciones a otros gobiernos del continente que hacen justamente lo contrario con menos recursos, pues priorizan el futuro de sus jóvenes y apuestan por construir una sociedad más humana. Ser rico, recuerden amigos, no necesariamente significa ser mejor.



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