Por: Roberto Morejón
Mientras en Cuba se rememora con fervor el aniversario 57 del triunfo sobre los mercenarios atacantes por Playa Girón, en la ciudad de Miami
los extremistas evocan, con amargura e impotencia, la primera derrota del imperialismo en América Latina.
Organizada por Estados Unidos, aquella aventura precedida del ataque a varios aeropuertos cubanos puso de relieve la aplicación del terrorismo de estado.
Ubicada en la sureña Bahía de Cochinos, Playa Girón fue el blanco esencial del desembarco de los mercenarios de la funestamente célebre Brigada 2506, trasladada desde Centroamérica con la misión de crear un asentamiento a cualquier precio.
Los mil 500 efectivos adiestrados por la CIA, Agencia Central de Inteligencia, vinieron fuertemente armados y sus instructores les hablaron sobre la supuesta facilidad de la misión.
Pero encontraron aquí la resistencia del Ejército Rebelde, milicianos, policías y pueblo, con la acertada dirección del líder histórico Fidel Castro.
Los invasores fueron diezmados y el 19 de abril derrotados, aunque los cubanos pagaron un alto precio al morir 176 personas en defensa de la soberanía nacional, recibir heridas 300 y quedar discapacitados medio centenar.
Entre los mercenarios se encontraban ex soldados del régimen de Fulgencio Batista, corruptos y aventureros, dispuestos a ejecutar la orden de la CIA de “matar comunistas”.
A pesar de la ralea de los asalariados de Washington, el actual presidente estadounidense Donald Trump los exalta como venerables ciudadanos.
En junio de 2017, el magnate inmobiliario se rodeó, entre otros personajes, de supervivientes de la Brigada 2506 al pronunciar un incendiario discurso anticubano.
Se le vio como “en su casa” mientras encabezaba un grotesco show al que asistieron igualmente extremistas de la emigración de origen cubano en Estados Unidos.
Trump, quien es asesorado por los legisladores de confuso origen cubano Marco Rubio y Mario Díaz Balart, finge ignorar que la Brigada 2506 vino a Cuba a derrocar a un gobierno y exterminar cualquier resistencia.
Como es costumbre, Trump tergiversó groseramente la historia de Cuba, elevó a la cúspide a quienes lanzaron hasta bombas de napalm en Playa Girón y los deleitó con la promesa de frenar el proceso hacia la normalización de relaciones entre los dos países.
En Cuba NO hay confusión posible y por estos días se recuerda la heroicidad de los milicianos poco entrenados que ripostaron a los agresores de la Brigada 2506 hace 57 años.
Tanto los extremistas conservadores hoy en puestos claves del gobierno estadounidense como los mercenarios que desembarcaron por Girón coinciden en apelar a la fracasada estrategia del hostigamiento.