Por: María Josefina Arce
Desde que en diciembre de 2015 Mauricio Macri asumiera la presidencia de Argentina los ciudadanos de esa nación no han abandonado las calles en protesta por la política neoliberal puesta en marcha. Ahora desde varios puntos del territorio numerosos argentinos marchan hacia Buenos Aires, la capital, para decir basta a un gobierno, cuya gestión solo se ha traducido en un aumento de la desigualdad.
Organizada por varios movimientos sociales y sindicales, la Marcha Federal por Pan y Trabajo demanda ayuda a los sectores más desfavorecidos, severamente golpeados por los despidos y las constantes alzas de los precios de los servicios básicos y que además, ven con temor el futuro por el acuerdo de las autoridades con el Fondo Monetario Internacional.
Los manifestantes también reclaman que el presidente sancione la Ley de Emergencia Alimentaria, que ya fue aprobada en el Congreso. Este proyecto incluye, entre otras cosas, un estudio para detectar casos de malnutrición, la asistencia con bonos alimentarios y otras medidas dirigidas a paliar el hambre.
Esta es la segunda protesta de tal magnitud que tiene lugar en los últimos días, luego de que el pasado viernes cientos de miles de personas se congregaron en la capital, en el aniversario 208 de la Revolución de Mayo, para alzar su voz en contra del retorno del organismo financiero internacional, ampliamente conocido por sus medidas de ajuste en contra de las mayorías.
Los movimientos sociales aseguran que las negociaciones con el FMI implicarán más medidas de ajuste y más aumentos de tarifas, algo que consideran inaceptable. De hecho según medios de prensa, la propuesta argentina en las negociaciones contempla un programa de reducción del gasto público de unos 20 MIL millones para este año.
Lo cierto es que la larga y vieja relación entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional está llena de crisis y deudas y un costo demasiado alto para los sectores menos desfavorecidos. Durante el gobierno de Néstor Kirchner, llamado el presidente de los pobres, se liquidó la deuda asumida con el organismo y el país quedó libre.
Pero la llegada de Macri a la Casa Rosada ha llevado al país a un retroceso, una situación con la que los argentinos no están de acuerdo, pues hasta ahora solo han visto afectada su economía personal, que puede quedar aún más restringida con la entrada nuevamente del Fondo.
Para tensar aún más la situación el presidente Macri se refirió en las últimas horas a los aumentos de tarifas de servicios básicos y pidió nuevamente al Congreso que no respalde un proyecto que busca moderarlos y que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados.
El proyecto retrotrae aumentos de los servicios de electricidad, agua y gas a noviembre de 2017 y propone atarlos a la evolución de los salarios. La oposición afirma que la población no soporta más el costo de elevar tarifas, que ya se incrementaron casi el 1.000% desde 2015, además de padecer una inflación que calcularon en 31% en los últimos doce meses.
Sin embargo, el presidente ha dejado claro que vetara el proyecto si es también sancionado en el Senado y se convierte en ley.
Argentina sin dudas, vive un tenso panorama social dadas las medidas neoliberales adoptadas por el gobierno de Mauricio Macri, que ha puesto en una difícil situación al país suramericano y su futuro con la entrada nuevamente del Fondo Monetario Internacional.