El reto de López Obrador contra el narcotráfico

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2018-07-05 11:21:56

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Foto:Archivo

Por: Guillermo Alvarado

Una de las más pesadas herencias que sus antecesores le dejan al presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, es el fenómeno del narcotráfico que ha infiltrado como un cáncer maligno a numerosos sectores de la sociedad y, de manera particular, la economía de la nación latinoamericana.

Se ha escrito mucho acerca de la violencia extraordinaria que genera esta actividad ilícita, pero poco sobre el enorme reto que significa luchar contra el poder financiero que durante décadas acumularon las mafias dedicadas a la producción, trasiego y distribución de narcóticos.

Es verdad que la mayor parte de las ganancias se quedan en lo que se ha dado en llamar “la última milla”, es decir entre quienes introducen la droga en el mercado de consumo y la ponen en la mano del adicto. Estos grupos, por cierto, en nuestro continente están en Estados Unidos y su identidad y métodos de trabajo son el secreto mejor guardado de nuestros días.

Se conocen más o menos los nombres de los jefes de los carteles que operan desde el sur y Centroamérica y dentro del territorio mexicano, pero ¿quién ha escuchado algo sobre la identidad de los jefes de las mafias en Estados Unidos que, a la postre, se quedan con la mayor tajada?

En todo caso, la derrama financiera de esta forma del crimen organizado es cuantiosa y sólo en México se calcula que genera entre 15 mil y 50 mil millones de dólares, según las distintas fuentes.

El Grupo de Acción Financiera Internacional, entidad de inteligencia dedicada a seguir el flujo de capitales dudosos en todo el mundo, publicó un informe donde revela que el narcotráfico, los delitos fiscales y otros crímenes producen 58 mil 500 millones de dólares al año en México, equivalentes al 6,6 por ciento del Producto Interno Bruto de 2014, año en que se realizó la investigación.

Ahora bien, todo ese dinero no está escondido en cuevas oscuras o cajas clandestinas de seguridad. Es un patrimonio que se blanquea, o se lava, en el sistema financiero y comercial de México, lo que implica una enorme red de complicidades y corrupción.

Una vez limpio, se convierte en capitales que se inyectan a la economía nacional por medio de inversiones, fideicomisos, construcciones o cualquier otra actividad, de preferencia con escasas o nulas regulaciones estatales.

El investigador Edgardo Buscaglia, de la Universidad de Columbia, afirma que el 73 por ciento de los sectores económicos mexicanos están infiltrados de esta manera por el narcotráfico y cita como ejemplo el agropecuario, la minería, la farmacéutica y la industria química.

Esta situación, hasta ahora no enfrentada, es a la que debe hallar una solución el próximo gobierno mexicano, una tarea que no tiene nada que ver con el enfoque militar que desde 2006 se está aplicando y que tantas víctimas provocó.

Hay otros temas, amigos, que por razones de tiempo no abordamos ahora, entre ellos el hecho de que el narcotráfico, es decir la industria del crímen, es el principal generador de empleos en México, pero prometemos tratarlo en fecha próxima.



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