Por María Josefina Arce.
La situación del ex presidente Luis Inacio Lula Da Silva, encarcelado desde hace más de cien días, continúa dominando el panorama electoral en Brasil, ante alertas de la prensa de que el Tribunal Superior Electoral podría estar preparando un golpe contra la candidatura del ex mandatario.
La advertencia fue lanzada por el influyente diario O Globo al publicar una nota, según la cual el Tribunal actuaría contra Lula Da Silva el mismo día 15 de agosto, cuando el Partido de los Trabajadores irá a registrarlo como candidato presidencial acompañado por millares de ciudadanos.
Ya desde que asumiera en febrero pasado la presidencia del ente electoral Luiz Fux dejó clara cuál es su postura respecto al futuro político de Lula Da Silva. En esa ocasión se pronunció a favor de que los jueces de esa Corte pudieran impedir el registro de aspirantes condenados en segunda instancia, aún sin que la candidatura fuera impugnada, como establece la ley.
La realidad es que el caso de Lula Da Silva, condenado sin pruebas por supuestos cargos de corrupción, ha generado una fuerte confrontación política en Brasil. La derecha pugna por impedir su posible candidatura para los comicios de octubre venidero, de tal forma que incluso una batalla se desató a principios de este mes entre jueces a favor y en contra de la liberación del ex presidente, quien finalmente sigue en prisión pues así lo determinó el presidente del Tribunal Regional de la Cuarta Región.
Entretanto, la mayoría de la población brasileña ve como su candidato favorito al ex mandatario, el único capaz de recuperar el país para todos los ciudadanos.
Lo cierto es que aún encarcelado Lula Da Silva sigue liderando las encuestas de intención de voto, además de ser el político mejor evaluado por la opinión pública nacional.
De hecho este fin de semana en la ciudad de Rio de Janeiro se dieron cita unas ochenta mil personas en el “Festival Lula Libre”, un concierto de música gratuito en el que 42 reconocidos cantantes brasileños actuaron y pidieron la ex carcelación del político.
El concierto contó con la presencia de Gilberto Gil y Chico Buarque, dos históricos representantes de la música popular brasileña, quienes se habían presentado juntos por última vez en 1973, durante la dictadura militar.
Los participantes se pronunciaron en contra de la detención del estadista brasileño a quien calificaron como un preso político y víctima de persecución judicial.
Precisamente en este mismo sentido, de acuerdo con medios de prensa, se pronunció en las últimas horas la Corte Penal Internacional de la Haya. La institución radicada en Holanda denunció el sistema judicial de Brasil y exigió la liberación del ex jefe de estado, quien, dijo, sufre una persecución política.
Organizaciones pro derechos humanos en Brasil han denunciado que Lula Da Silva fue juzgado por un tribunal que está bajo la influencia de las facciones políticas adversas al ex mandatario.
Este es el panorama que vive hoy Brasil, donde en esta semana en convenciones nacionales las principales fuerzas políticas oficializarán los nombres de sus candidatos de cara a los controvertidos comicios generales de octubre venidero.
