¿Otra vez la guerra de las galaxias?

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2018-07-31 08:17:44

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Foto:Archivo

Por: Maria Josefina Arce.

Bajo la presidencia de Donald Trump parece Estados Unidos decidido a revivir a su manera un fantasma de la llamada época de la guerra fría del siglo pasado, la militarización del espacio, un programa por el que uno de sus antecesores en la Casa Blanca, el ex mandatario Ronald Reagan, apostó en la década del ochenta.

Mas conocida como la guerra de las galaxias, la Iniciativa de Defensa Estratégica significo una seria amenaza para la paz y seguridad internacionales, al suponer una aceleración de la carrera armamentista y un incremento de las tensiones entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética.

Anunciado en 1983 por el presidente Reagan, el programa pretendía establecer una defensa anti-misiles desde el espacio capaz de detectar el lanzamiento de proyectiles balísticos y destruirlos en algún punto de su trayectoria.

Lo cierto es que la Iniciativa de Defensa Estratégica conllevó astronómicos gastos y el recorte de programas sociales durante los dos mandatos de Ronald Reagan.

Ahora el presidente Donald Trump también ha puesto su mira en el espacio exterior y al parecer, está empeñado en formar una nueva rama del ejército de Estados Unidos dedicada a luchar en el cosmos.

Ya en marzo pasado en un discurso en una base aérea en California, propuso la creación en su país de una Fuerza Espacial y afirmo que su estrategia nacional ve al cosmos como un "campo de guerra, al igual que la tierra, el aire y el mar".

Los planes de Trump, retomados hace poco en un twiter, han hecho sonar las alarmas tanto en territorio estadounidenses como en el exterior. Son muchos los que han recordado que hay un tratado internacional que limita las actividades militares en el espacio y del cual Estados Unidos ha sido parte desde 1967.

El convenio, llamado Tratado del Espacio Exterior, prohíbe a los Estados someter a prueba cualquier arma en el espacio exterior así como establecer bases militares en la Luna y otros cuerpos celestes. También prohíbe el despliegue de cualquier arma de destrucción masiva en la órbita de la Tierra.

Pero Trump, cuyas decisiones son bien controvertidas y poco racionales, parece querer emular con Reagan en sus fantasías belicistas, que suponen una amenaza a la paz y estabilidad internacionales y a la humanidad, cuya supervivencia enfrentaría un serio peligro.



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