Por: María Josefina Arce
Hace poco menos de cuatro meses el presidente argentino, Mauricio Macri, afirmaba que había descendido el índice de pobreza, un flagelo del cual responsabilizaba a los gobiernos de sus antecesores, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, de quienes olvidaba todos los programas sociales puestos en marcha para precisamente beneficiar a los menos favorecidos.
En esa ocasión fueron muchos los que calificaron de una farsa la cifra dada por las autoridades, quienes estimaron que la pobreza había descendido un cinco por ciento, nada que ver con la real situación que vive la nación sudamericana desde diciembre de 2015 cuando Macri llegó a la presidencia.
Incluso el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina revelaba que al menos 13 millones de personas en la nación estaban bajo la línea de pobreza y se evidenciaba una persistencia de niveles de necesidades básicas insatisfechas.
El tiempo ha dado la razón a quienes calificaban de poco real la cifra dada por el gobierno. El presidente Mauricio Macri ha tenido que admitir que la pobreza ha aumentado en los últimos meses en el país.
En palabras ha quedado lo que manifestara cuando ganó las elecciones de que su Gobierno cumpliría "con el sueño compartido de sacar a todos los argentinos de la pobreza".
Y no podía ser de otro modo cuando su modelo económico de corte neoliberal solo ha traído hasta el momento un incremento del costo de la vida, gran incertidumbre laboral, privatizaciones, una alta inflación y pérdida de programas sociales a favor de los sectores más vulnerables.
Ya los expertos vaticinaban un aumento de la miseria tras los acontecimientos de los últimos meses en que el desplome del peso respecto al dólar disparó la inflación, según cifras de las autoridades, al 31 por ciento. Esta situación motivó que el gobierno pidiera un crédito de 50 mil millones de dólares al conocido Fondo Monetario Internacional, impulsor de drásticos recortes en los gastos sociales.
Para Mariana Heredia, investigadora del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín, es indudable que Argentina vivirá un segundo periodo de recesión económica y perdida del poder adquisitivo de los trabajadores.
"Nuevamente estamos hablando de la seguridad alimentaria de una buena parte de la población y de la reapertura de comedores comunitarios en los barrios más pobres", señaló por su parte, Roxana Mazzola, profesora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
De hecho un informe de junio pasado de la Universidad Católica Argentina, publicado por Página 12, ilustra los efectos de la política de endeudamiento, ajuste y despidos del gubernamental Cambiemos en el sector más vulnerable de la sociedad, la infancia,
El documento revela que el 48,1 por ciento de los niños y niñas argentinos vive en condiciones de pobreza y un tercio de ellos debe asistir a comedores comunitarios para alimentarse.
En medio de esta situación los expertos estiman que la economía argentina concluirá el presente año con una contracción de 0,3 por ciento, lo cual no augura nada bueno, como siempre, para los sectores más pobres.