Por Guillermo Alvarado

El presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó a la población a esperar con tranquilidad el veredicto que publicará el 1 de octubre el Tribunal Penal Internacional, de La Haya, acerca del reclamo histórico de la nación andina de contar con una salida soberana al océano Pacífico.

Dijo el jefe de Estado Boliviano que con serenidad debe aguardarse una decisión basada en la certeza de la historia, el derecho, la justicia, la verdad y la razón.

El 24 de septiembre de 2015 la máxima corte internacional reconoció que Bolivia nació con costas y que fue objeto de una invasión y de una guerra de ocupación territorial que la despojó de su litoral y una extensa área de su suelo.

De esta manera se reafirmó el hecho histórico en que está basada la demanda, y es que desde la proclamación de la independencia, en 1825, y hasta finales del siglo XIX el país se extendía hacia el occidente hasta llegar al Pacífico donde sus costas hacían frontera en el norte con Perú y al sur con Chile.

En esos tiempos Chile extraía y exportaba por allí miles toneladas de salitre, que eran la base de su economía.

Cuando Bolivia decidió aplicar un impuesto de diez centavos de la época a cada quintal de salitre, Chile alegó la violación de un tratado comercial firmado en 1874 e inició una guerra de ocupación que se extendió de 1879 a 1884 y se apropió de 400 kilómetros de costas y mil 200 kilómetros cuadrados del territorio de su vecino.

Dos décadas después, en 1904, se firmó un tratado bilateral para ratificar las fronteras que confirmó la mediterraneidad de Bolivia y que es el principal argumento de Chile de negarse a reabrir cualquier negociación al respecto.

Según la nación austral, ese pacto dejó saldada cualquier cuestión y no queda absolutamente ningún tema pendiente.

En la actualida Bolivia puede realizar su comercio marítimo por medio de los puertos chilenos de Arica y Antofagasta, pero en la práctica los obstáculos que ponen las autoridades aduanales y migratorias de ese país causan grandes pérdidas por demoras injustificadas que muchas veces ocasionan daños irreparables a la carga.

La intransigencia de sus vecinos llevó en 2013 a La Paz a acudir al arbitraje internacional para  conseguir una franja de diez kilómetros de ancho más un trozo de costa para desarrollar la actividad industrial bajo su bandera soberana.  Por fin, luego de un accidentado camino se pronunciará una sentencia dentro de pocos días.

El presidente Morales llamó a su homólogo chileno, Sebastián Piñera, a encontrar fórmulas de entendimiento y cerrar heridas con más de un siglo de duración “cumpliendo el derecho internacional y honrando los valores de justicia, dignidad y buena fe que deben reinar entre nuestras naciones”, agregó.

Será también una buena oportunidad de demostrar que en este mundo caótico de hoy aún existe la posibilidad de resolver los conflictos por vías que no impliquen la fuerza, la violencia ni el abuso y que dos pueblos hermanados por la historia den una lección a toda la agobiada humanidad.