Por María Josefina Arce
El genocida bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace más de medio siglo mantiene Estados Unidos contra Cuba se ha hecho un tema obligado cada año en las sesiones de la Asamblea General de la ONU, ante el rechazo que a nivel internacional provoca.
En un encuentro con la prensa en la sede del organismo internacional en Nueva York, la presidenta de la Asamblea General de la ONU en su septuagésimo tercer período de sesiones, María Fernanda Espinosa, destacó que casi la mayoría de los Estados miembros se pronunciaron en contra del cerco a Cuba.
Son muchos los jefes de estado o de gobierno y los cancilleres que en sus intervenciones ante el plenario de la Asamblea General expresan su oposición a una unilateral medida que frena el desarrollo económico de la nación caribeña y lesiona los derechos humanos de los cubanos.
En la primera jornada los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y de Ecuador, Lenín Moreno, ratificaron la posición de sus países en contra de una política hostil que de abril de 2017 a marzo de 2018 provocó pérdidas a Cuba por más de cuatro MIL millones de dólares.
Los presidentes de Bolivia, El Salvador y Venezuela, entre otros mandatarios de América Latina, reclamaron igualmente el cese del bloqueo que por su carácter extraterritorial daña la soberanía e intereses de terceras naciones.
Desde que se inició el debate al más alto nivel la pasada semana hasta su conclusión este lunes, voces de las distintas latitudes dejaron bien en claro su oposición a una medida que viola el derecho internacional.
En la última jornada los cancilleres de Nicaragua, Bielorrusia, Laos y Timor Leste rechazaron cualquier medida económica coercitiva para tratar de doblegar la voluntad y espíritu de libertad y soberanía de pueblos y Gobiernos.
Las intervenciones reflejan el repudio que a nivel internacional provoca el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos hacia el pueblo cubano, que afecta esferas tan sensibles como la salud y la educación.
Un rechazo que ha ido creciendo desde 1992 cuando en la ONU se vota por un proyecto de resolución que presenta Cuba sobre la necesidad de poner fin a una irracional y obsoleta política.
Precisamente a finales del presente mes la sede de la ONU en Nueva York será con toda seguridad una vez más, testigo del aislamiento de Estados Unidos, que bajo la presidencia de Donald Trump ha recrudecido la inhumana medida.
Una postura que en nada coincide con el sentir de la mayoría de los estadounidenses , que pide el cese de una agresión que daña a los dos pueblos. Durante su permanencia en Nueva Yor el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, pudo constatar el repudio que despierta el bloqueo.
En encuentros con varios sectores de la sociedad estadounidense como empresarios, religiosos, intelectuales y pueblo en general, quedó constancia de que son muchos en Estados Unidos los que no están de acuerdo con el mantenimiento del bloqueo y abogan por continuar avanzando en el largo y complejo proceso para la normalización de las relaciones.
La administración norteamericana respecto al bloqueo contra Cuba marcha en sentido contrario a la comunidad internacional e incluso a su propio pueblo. La votación del próximo 31 de octubre volverá sin dudas, a reflejar esa realidad.