Por María Josefina Arce

La constitución de México, que data de 1917, reconocía que los recursos naturales pertenecían al estado, al pueblo mexicano. Sin embargo, durante años esta parte de la carta magna fue ignorada y no sería hasta 1938 que el entonces presidente Lázaro Cárdenas, en una acción valiente y soberana, nacionalizaría el petróleo.

Diecisiete empresas foráneas fueron expropiadas, acción que conllevó a que el Reino Unido rompiera las relaciones diplomáticas con México, al tiempo que Estados Unidos y los Países Bajos decretaron un embargo comercial.

Pero a partir de ese momento, políticos sin escrúpulos con maniobras encubiertas trataron por todos los medios de volver a tener el control del hidrocarburo y así de las ganancias que genera. Poco a poco y a lo largo de los años fueron pasando a privados fases del proceso de exploración, extracción, transporte, refinación y comercialización del petróleo.

En 1991 por ejemplo, el entonces mandatario Carlos Salinas de Gortari decidió poner en manos extranjeras la industria petroquímica. Antes de esa fecha México producía fertilizantes, gasolina, diesel, plásticos, productos que exportaba, generando empleos y prosperidad en beneficio de los mexicanos.

Más de 20 años después están abandonadas las refinerías que producían fertilizantes, gasolinas y otros derivados del petróleo, por lo que la nación azteca debe comprar en otros mercados esos insumos que antes producía con creces.

Bajo el mandato del actual gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que nunca tuvo entre sus prioridades inyectar fondos al sector energético, se promovió una reforma constitucional, precisamente para permitir que empresas foráneas controlen ese recuso del pueblo.

La tan cacareada Reforma Energética, promulgada en diciembre de 2013, solo ha servido para vender al mejor postor un recurso del estado. En la actualidad suman 73 compañías de 20 países las que realizan trabajos para la exploración y extracción de hidrocarburos en territorio mexicano, a través de la firma de 107 contratos.

Petróleos Mexicanos, PEMEX, creada en 1938 primero cono PETROMEX, agudizó su caída en este sexenio, aun con la Reforma Energética, tras décadas de abandono gubernamental. De acuerdo con los especialistas, pasó de ser la tercera productora de petróleo del mundo en 2004 a la octava en 2015 y tiene una deuda de miles de millones de dólares.

Las estadísticas muestran que en la actualidad más del 70 por ciento de la gasolina utilizada por los mexicanos es importada, especialmente de Estados Unidos.

En diciembre venidero asumirá un nuevo gobierno presidido por Andrés Manuel López Obrador, en quien los mexicanos confían para revertir la política entreguista de sus antecesores, quienes despojaron al pueblo de su derecho sobre uno de sus principales recursos naturales.

De hecho López Obrador ha manifestado que la industria petrolera, será "rescatada" al nivel en que lo hizo el expresidente mexicano Lázaro Cárdenas, cuando decretó en 1938 la nacionalización del petróleo en México.