Por Nicanor León Cotayo
Como es sabido, este martes 6 de noviembre se llevaron a cabo las llamadas elecciones de medio término en Estados Unidos.
Tuvieron lugar en un día normal de actividades laborales pues allí las autoridades no les dispensan una gran importancia.
Cuando finalizaron, Donald Trump las tildó como “un tremendo éxito” para sus candidatos.
En este tipo de elecciones, caracterizadas por la indiferencia de una gran parte de los votantes, el promedio de asistencia ha rondado el 40 por ciento.
Aunque en estos comicios se vaticinaba una clara victoria demócrata, la alta participación no evitó que las urnas volvieran a reflejar la honda polarización que existe en el país.
Un columnista del Washington Post, Dan Balz dijo, este miércoles, que “las pautas generales de votación en la Cámara de Representantes y el Senado, así como las encuestas reflejaron que las diferencias que han definido a Estados Unidos durante la Presidencia de Trump continúan, y parecen fortalecerse".
Añadió que “Eso sienta las bases para unas elecciones presidenciales muy competitivas dentro de dos años".
Según el analista, Trump buscará su reelección en 2020.
La columnista del New Yorker, Susan Glasser escribió “Los demócratas aún no han dejado atrás los efectos de la victoria de Trump en 2016” y añadió que muchos creían que los actuales comicios iban a diluir la imagen que los persigue desde aquel año.
Pero hace pocas horas la oposición a Trump logró el control de la Cámara de Representantes, además de victorias para la gobernación en dos estados, Michigan y Pensilvania.
Ambos en 2016 fueron determinantes para su elección.
Por su parte, los republicanos junto a Trump, desplegaron un discurso alarmista sobre la inmigración, sus caravanas, y los planes demócratas.
Glasser opinó que ambos partidos deberán hacer examen de conciencia antes de que el nuevo Congreso tome posesión en enero.
Bruce Miroff, un experto en política presidencial en la Universidad de Albany, dijo la semana pasada a EFE: “Trump no asumirá ninguna responsabilidad si su partido pierde la mayoría en la Cámara de Representantes. Para él, ganar siempre es cosa suya, perder nunca se trata de él".
Todo transcurre en medio de la crisis generalizada que golpea a Estados Unidos y que no resolverán ni con la montaña de dólares asignados a sus gastos militares en su actual presupuesto.
(Tomado de Cubasí)