Por: Guillermo Alvarado
El mercado financiero más grande del planeta, ubicado en la famosa “Calle de la Muralla” de Nueva York, más conocido en realidad por Wall Street, vivió una semana infernal y al cierre del último viernes sus principales indicadores mostraban los peores resultados durante mucho tiempo.
De acuerdo con las noticias llegadas desde la Gran Manzana, el indicador industrial Dow Jones se desplomó varias veces y cerró con una pérdida del 6,8 por ciento, algo que no se veía desde octubre de 2008, cuando ocurrió la gran crisis financiera mundial que destruyó numerosas fortunas y dejó literalmente en la calle a decenas de miles de personas tras el hundimiento del mercado inmobiliario.
Pero no es esta la única señal negativa de la economía estadounidense, pues también los índices de Standard & Poors y el NASDAQ se vinieron abajo, en 7 y 8,3 por ciento, respectivamente.
Algunos analistas consideran como la causa de estas caídas la decisión de la Reserva Federal, como se conoce al Banco Central de Estados Unidos, de elevar en un cuarto de punto las tasas de interés, que pasaron de 2,25 a 2,5 por ciento.
Esto tiene un doble significado. Por una parte representa el fin del dinero barato en el mercado financiero y por el otro el crecimiento de la deuda acumulada en estos momentos. Un cuarto de punto más de interés puede parecer poco, pero cuando se aplica a capitales de miles de millones de dólares, la suma es considerable y capaz de asustar a los inversionistas y empresarios que viven del crédito.
Para otros expertos la situación es mucho más complicada que una simple alza de la tasa de interés. Así opina Peter Schiff, reconocido corredor de bolsa y director ejecutivo de Euro Pacific Capital.
Citado por la agencia Reuters, Schiff aseguró que la economía estadounidense podría estar implosionando y eso traerá una gran cantidad de problemas.
Según el especialista, los políticos financieros han estado encubriendo situaciones difíciles y ahora los mercados comienzan a resquebrajarse, a lo que viene a sumarse una deuda mucho más cara. En otras palabras, está reventando una gran burbuja financiera y una vez más las cosas pueden salirse de control, como ocurrió hace una década.
Incluso la agencia de noticias especializada en finanzas y economía Bloomberg publicó el sábado que el presidente Donald Trump estaría considerando despedir al director de la Reserva Federal, Jerome Powell, lo que sería algo así como el banderazo de salida para una gran crisis.
Súmese a esto las declaraciones del asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, sobre que Estados Unidos y China podrían no alcanzar ningún acuerdo al finalizar la tregua de 90 días en su guerra arancelaria, más las consecuencias del cierre parcial del gobierno norteamericano por falta de dinero, y entonces casi podría decirse que la mesa está servida para ensombrecer los festejos navideños y de fin de año de especialistas y magnates, entre ellos, no olvidemos, el mismo presidente Trump.