Por María Josefina Arce
Aunque Estados Unidos continúa esgrimiendo el término de ataques sónicos contra funcionarios de su embajada en La Habana para justificar el recrudecimiento de su política hostil hacia Cuba, la realidad es que nunca ha presentado una evidencia al respecto.
Así lo dejó muy claro el canciller cubano, Bruno Rodríguez, al hacer un resumen de la política exterior de la Mayor de las Antillas en el 2018, durante su participación en el espacio televisivo Mesa Redonda.
El jefe de la diplomacia se refirió a la falta de cooperación de Estados Unidos para encontrar una explicación sobre los alegados problemas de salud de los diplomáticos del vecino país.
En contraposición Cuba siempre ha manifestado su disposición de colaborar sobre el tema y, ha llevado a cabo rigurosas investigaciones que han desmentido los supuestos ataques sónicos.
Destacados científicos del archipiélago cubano realizaron un exhaustivo estudio, que comprendió entrevistas a cubanos residentes en la zona, el examen de las casas del personal norteamericano, pruebas médicas y el análisis del aire, agua y de los insectos de la zona.
Nunca se encontró ni la más mínima evidencia que explique los padecimientos reportados por los diplomáticos estadounidenses, ni indicios de que presuntos ataques o incidentes de algún tipo hayan ocurrido en territorio cubano.
Por demás científicos de otros países han afirmado que es imposible la ocurrencia de estos tipos de agresiones.
De hecho en los últimos días dos científicos de universidades de Estados Unidos y Gran Bretaña presentaron un artículo en el que refieren que la grabación de ataques sónicos, difundida en 2017 por la agencia estadounidense AP, correspondía con la llamada de un grillo caribeño.
Por su parte el diario The New York Times manifestó que expertos en las canciones de estas especies consideraron correctamente elaborado el análisis de los dos especialistas.
En su intervención en el programa televisivo, el canciller cubano calificó como un acto de 'manipulación política' al intento de señalar a Cuba como un destino inseguro.
Lo cierto es que nunca turistas, funcionarios de otras naciones, directivos de agencias de viaje y de organismos internacionales han reportado algún problema de salud durante sus viajes y permanencia en territorio cubano, que tengan que ver con supuestos ataques sónicos.
Pero el gobierno del presidente Donald Trump, sin pruebas de las supuestas agresiones, tomó medidas unilaterales y retiró a la mayoría de sus diplomáticos de la embajada en La Habana, paralizando el procesamiento de visados.
Asimismo, expulsó a 17 funcionarios cubanos en Estados Unidos y emitió en un inicio una advertencia de viajes para los ciudadanos norteamericanos.
Las acciones de la actual administración, basadas al parecer en el canto de un grillo, solo evidencian un interés por entorpecer el proceso de normalización de las relaciones entre las dos naciones, pues Cuba como bien saben los millones de personas que la visitan es un lugar seguro, tranquilo y estable política y socialmente.