Por: Roberto Morejón
El clan de los Bolsonaro, con el ex capitán retirado a la cabeza, se presentó ante los electores brasileños como encarnizado enemigo de la galopante corrupción, si bien recientes investigaciones cuestionan aquella autopromoción.
El diputado Flavio Bolsonario, hijo del ultraderechista presidente de Brasil, navega en el centro de un escándalo por contratar como asesoras parlamentarias a la madre y esposa del prófugo de la justicia Adriano Magalhaes da Lóbrega.
Este último NO es un ciudadano simple, sino jefe de una de las más peligrosas bandas paramilitares que diezman las favelas de Brasil con el pretexto de combatir la violencia.
Adriano Magalhaes da Lóbrega NO actuaba solo, al contar con Ronald Paulo Alves Pereira, apodado "Tortuga, también señalado entre los cabecillas de los escuadrones de la muerte.
Pereira fue apresado y deberá responder además por su presunta vinculación con el asesinato de la activista social Marielle Franco en 2018, crimen nunca condenado por el ahora presidente Jair Bolsonaro.
Claro, Marielle era una luchadora de raza negra y mujer socióloga, condiciones intolerables para el misógino y racista Primer Mandatario. El gobernante carece de elementos creíbles para justificar la conducta de su hijo Flavio, diputado de Río de Janeiro y senador federal, quien además de atraer como colaboradores a familiares de delincuentes, les rindió homenajes.
Es más, el Consejo de Control de Actividades Financieras y el Ministerio Público detectaron e investigan operaciones financieras sospechosas de Flavio Bolsonaro como la compra de apartamentos lujosos, incompatible con su salario como legislador estadual.
A estas alturas de la trama política, la imagen presuntamente impoluta de los Bolsonaro está en entredicho ante sus recalcitrantes seguidores.
Los alegados nexos de uno de los Bolsonaro con irregulares armados encajan perfectamente con una postura sostenida por la familia.
En efecto, la cuadrilla Bolsonaro defendió el afán supuestamente justiciero de los grupos paramilitares que, con la tesis de combatir el crimen, siembran de luto los cordones de pobreza de las urbes.
Está por ver si las investigaciones prosiguen o si las presiones del propio Flavio Bolsonaro fructifican, porque al menos consiguió paralizar el proceso.
También les queda al ex capitán del ejército hoy en el poder en Brasil y a sus parientes apelar a la fuerza.
Recuérdese que otro de los hijos, Eduardo, preguntó durante la campaña lectoral: “¿Sabes qué tienes que hacer si quieres cerrar el Tribunal Supremo? No hace falta ---respondió el diputado federal--- trasladar un vehículo, simplemente envía un soldado y un cabo”.