Marco Rubio cautivado por el crimen de Ghadafi

Editado por Maite González Martínez
2019-02-27 07:51:24

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Imagen ilustrativa. (Foto/archivo)

Por: Roberto Morejón

El senador estadounidense Marco Rubio, de borrosa raíz cubana, afirma ser especialista en ese país, sin conocerlo, y en Venezuela, contra la que promueve un ataque militar, y además se revela fascinado por al asesinato del ex líder libio Muamar Gadhafi.

Este legislador allegado al presidente Donald Trump a quien le musita cómo reforzar el bloqueo a Cuba, manifestó una inclinación morbosa por la atroz muerte del ex dirigente del país norafricano.

El político nacido en Miami el 28 de mayo de mil 971 llevó alevosamente a uno de sus mensajes en Twitter la imagen del líder libio torturado.

La instantánea presenta a quien después fuera asesinado por yihadistas alentados por Occidente para acabar con el proceso libio.

La foto fue traída al presente por Rubio para acuñar su amenaza de que igual destino le esperaría al presidente constitucional de Venezuela.

O sea, Marco Rubio vislumbró la ejecución extrajudicial de un Jefe de Estado de un país soberano.

Tildado como “derrocador en jefe” por The New York Times por manejar junto a Mike Pompeo y Mike Pence la figura del opositor Juan Guaidó, el senador de 47 años aparenta consagrar poco tiempo a sus funciones.

Gran parte de su jornada la reserva a cabildear para impedir la paz en Venezuela y concretar la agresión.

Igualmente maniobra contra la marcha de Cuba hacia una sociedad más institucionalizada y algunos pensarían en el abandono de sus ambiciones presidenciales.

Sin embargo, esa hipótesis es errónea porque ante la probable candidatura republicana de Trump para un segundo mandato, Rubio decidió aguardar por el siguiente ciclo.

Para afincar su codicia abandonó escrúpulos residuales y voló a la empobrecida ciudad colombiana de Cúcuta con vista a capitanear la injerencia en Venezuela, tapizada de ayuda humanitaria.

Ante el descalabro del plan, Rubio apeló al episodio Ghadafi. Como escribiera el periodista Michael Tracey, “la página de Marco Rubio (en Twitter) se está convirtiendo en la cuenta de un maníaco, paranoico, que exige cambios de régimen”.

Así excede los límites de la conducta proporcionada de un legislador y en consecuencia muchos reclaman su dimisión.

Elementos sobran para hacerlo con uno de los exponentes más notorios del ala ultraconservadora de la extrema derecha de origen cubano.

El aludido congresista también suele mentir, como cuando se endilgó su condición de hijo de supuestos exiliados cubanos que huyeron de los excesos del gobierno cubano.

The Washington Post evidenció en 2011 que los progenitores de Rubio emigraron por razones económicas antes del triunfo de la Revolución Cubana. FIN



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