Por Nicanor León Cotayo

Tuvo lugar este miércoles 27 de febrero, en una audiencia a puertas cerradas de la comisión de Inteligencia del Senado.

Su ejecutor más visible, Michael Cohen, ex abogado personal del presidente Donald Trump, y parte de su entorno más íntimo.

Entre las delicadas revelaciones figuraron atrocidades cometidas durante las elecciones de 2016 y en la Casa Blanca.

El testimonio, durante casi nueve horas, incluyó la orden impartida por su jefe de ocultar el dinero entregado a mujeres “alegres” para silenciarlas.

Una periodista que trabaja en Washington, María Peña, agregó que los hijos de Trump también fueron mencionados por Cohen en la audiencia.

Este último, además, manifestó bajo juramento que el actual Presidente ha mentido sobre sus finanzas y ofreció documentos para sustentarlo.

“Donald Trump es un racista, un estafador y un tramposo”, afirmó en medio de un Congreso bajo fuerte presencia de policías del Capitolio.

“No tienen que creer en mi palabra. Miren los documentos”, argumentó Cohen, valorado por observadores como un antiguo guardián de los secretos de Trump.

Ahora la atención llegó tan lejos que, como reportó la prensa, desde horas tempranas comenzaron a formarse colas, tan grandes, o más que las provocadas en cuanto a cobertura mediática por el segundo encuentro entre Trump y el presidente de Corea del Norte, Kim Jong Un, en Hanoi, Vietnam.

Luego que finalizó abruptamente la reunión con Kim, sin llegar a un acuerdo, Trump comentó no haber aprobado interrogar a Cohen mientras ocurrían dichas negociaciones.

El presidente lo acusó de mentir, un señalamiento que devolvía igual dardo de Cohen al mandatario, aunque elogió que dijera no tener “evidencia directa” de él ni de su llamada conspiración rusa.

Una crónica de Univisión resumió así el resto de este capítulo:

“La mencionada audiencia del grupo senatorial de Inteligencia en el edificio Rayburn adquirió matices electorales, de cara a las elecciones generales del próximo año”.

De un lado, los republicanos llegaron decididos a atacar la credibilidad de Cohen y defender a Trump, mientras que los demócratas inculpar al segundo y ampliar sus ataques contra el presidente.

¿Saldo más significativo? A flote, pagos por 130,000 dólares para comprar el silencio de la actriz porno, “Stormy Daniels”, sobre sus relaciones sexuales con Trump.

Las trampas de este en los negocios para evadir pagos de impuestos, así como sus amenazas para ocultar su record académico.

Además, su frágil excusa médica para no ser enviado a la guerra en Vietnam.

¿Y cuándo sucedió esto? En un momento que su respaldo ha caído todavía más y el ambiente en la Casa Blanca no es precisamente optimista.

Peor aún, cuando el tema sobre su temido juicio político sale con más frecuencia al escenario público. (Tomado de Cubasí)