Por: Guillermo Alvarado
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, no cesa de decirle a todo aquel que quiere escucharlo que la economía de su país ya tocó fondo y está en camino de lograr su recuperación, pero la obstinada realidad se empeña cada día en demostrar precisamente lo contrario.
Lo interesante esta vez es que no lo dicen partidos de izquierda, organizaciones sociales, sindicales o populares. Ellos en realidad lo vienen gritando desde hace tiempo, pero hasta ahora nadie los ha escuchado.
En esta ocasión la advertencia viene de la revista especializada en temas económicos Forbes, para nada sospechosa de socialista.
Un artículo de la publicación titulado “Argentina está a un paso del colapso económico” hace una disección de los principales problemas del país austral y demuestra cómo no hay ninguna razón para el optimismo.
Recordarán amigos que en el cuarto trimestre de 2018 se declaró el estado de recesión. Esto ocurre cuando en una nación el Producto Interno Bruto, PIB, tiene un resultado negativo, es decir por debajo de cero, durante al menos dos trimestres consecutivos y ese es justamente el caso que nos ocupa.
Pero la mala noticia no es esa, sino que en 2019 la recesión continuará y la economía gaucha caerá entre 1,5 y 1,7 por ciento debido en parte a problemas heredados, pero sobre todo a las malas decisiones tomadas por el gobierno de Macri, entre ellas liberar las tasas cambiarias y permitir la exportación de capitales.
La moneda nacional, el peso argentino, perdió como consecuencia de estas políticas el 50 por ciento frente al dólar estadounidense.
Además el alza indetenible de las tarifas de los servicios públicos indispensables, como la energía eléctrica, el gas, el agua y el transporte empujaron hacia arriba el costo de la vida e hicieron llegar la inflación hasta el 40 por ciento, algo nunca visto desde que el expresidente Fernando de la Rúa tuvo que escapar en un helicóptero de la sede del ejecutivo para no caer en manos de la población enfurecida.
Si el petardo no explotó en las narices de Macri fue por la intervención del Fondo Monetario Internacional, que le otorgó un crédito de más de 55 mil millones de dólares, cuyas primeras entregas impidieron el colapso.
Pero con el remedio vino otra enfermedad. Forbes indica que uno de los puntos más débiles de la economía argentina es la elevada tasa de endeudamiento, que ya llegó hasta el 70 por ciento del PIB. Dicho más claro, por cada cien dólares que se producen, se deben 70 y así no hay manera de que las cosas funcionen.
Ya Forbes había dicho el año pasado que quizás era el momento de que los inversores comenzaran a sacar sus capitales de la nación sudamericana. En estos momentos algunas transnacionales, como Coca Cola, Avianca y Carrefour están exigiendo a Macri que adopte procedimientos preventivos de crisis y anunciaron despidos de personal, lo que agravaría más la situación.
En su defensa el presidente puede alegar que el prometió a los ciudadanos que iba a cambiar al país, y lo hizo, en efecto, solo que para empeorar.