Por: Guillermo Alvarado

Con una elevada tasa de popularidad, que rebasa con creces la cifra de votos que obtuvo en las elecciones del 1 de julio de 2018, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cumplió sus primeros cien días de trabajo, imponiendo un nuevo ritmo a la administración con el propósito de resolver problemas acumulados durante décadas.

AMLO, como se le conoce por su acrónimo, ofrece todos los dìas en la mañana una rueda de prensa donde aborda los más variados temas dela vida nacional, sus avances y los retos pendientes.

Un primer combate fue contener el robo sistemático de combustible, llamado en ese país “huachicoleo”, detrás del cual están verdaderas mafias con un poder económico alto, lo que ha complicado la tarea de capturarlos, juzgarlos y ponerlos en la cárcel.

A pesar de que la sustracción de gasolina continúa, lo hecho en estos primeros cien días permitió la país un ahorro de 363 millones de dólares.

Otro problema grave es la violencia que se enquistó en el país luego de que los gobiernos de Felipe Calderón Hinosa y Enrique Peña Nieto aceptasen convertir al territorio mexicano en sede del enfrentamiento contra el narcotráfico continental, una guerra en la que Estados Unidos puso el dinero y las armas para todos los bandos y al pueblo mexicano le tocó poner los muertos.

Habrá que esperar el resultado del trabajo de la Guardia Nacional, una iniciativa presidencial para sacar al ejército de las calles.

Quizás en donde más se han notado los cambios en el gobierno mexicano sea en el plano de la política exterior, pues el país latinoamericano dejó la actitud sumisa de las administraciones exteriores y recobró los principios fundamentales del respeto a la soberania y la no ingerencia en los asuntos internos de otros países.

Las razones de López Obrador son simples y claras: lo que no quieras que te hagan a tí, no se lo hagas a los demás.

México se desmarcó del llamado clan de Lima, formado por varios países sumisos que se convirtieron en punta de lanza de las agresiones de Washington contra Venezuela, con el contubernio de varias naciones de la Unión Europea.

El papel del presidente mexicano fue clave para evitar una intervención militar contra la Patria de Bolívar, que se estaba preparando en nombre de una supuesta ayuda humanitaria.

Si bien 100 días de gobierno son poco tiempo para evaluar la administración, hay que señalar que en estos momento el respaldo al presidente se sitúa entre el 70 y el 75 por ciento, lo que muestra a las claras que si bien apenas se está comenzando, ya se puede decir que se va por buen camino.

Quedan temas complejos, como la pobreza en las comunidades indígenas, los feminicidios, la falta de empleo, y otros, pero a muchos mexicanos les esperanza ver que por primera vez en décadas hay un gobierno dispuesto a defenderlos y protegerlos. FIN