Por: Roberto Morejón
Los trabajadores de la industria cubana del azúcar tratan de aprovechar lo que resta de marzo y el mes de abril para cumplir con el ajuste de la programación de la molienda de la caña, aplicado ante dificultades surgidas.
La cosecha 2018-2019 iniciada con antelación en noviembre último tuvo una exitosa primera fase, denominada aquí zafra chica, hasta el 31 de diciembre.
El adelanto de los cortes de la gramínea trató de evitar el deterioro de numerosas plantaciones que debieron aportar a la zafra anterior.
Esa recolección de la etapa 2017-2018 culminó con dificultades, antes de lo estipulado y sin ceñirse a los planes de producción por la ocurrencia de fenómenos meteorológicos.
De cara a la recogida actual se esperaba un impulso extra, pero el presidente del Grupo Empresarial AZCUBA, Julio García, precisó que hasta la fecha la industria molió menos caña de la planificada y el plan se consumó al 82 por ciento.
Fuentes de la propia entidad a cargo de la estrategia de esa rama económica se refirieron a roturas e interrupciones en la industria, arribo demorado de insumos e impacto de lluvias.
Asimismo, la colecta reporta problemas de eficiencia de algunas industrias, llamadas aquí ingenios o centrales. Por las causas apuntadas, los directivos readecuaron el calendario de la molienda de caña y paralizaron algunos centrales ineficientes.
Ante esa acción fue necesario reorientar el acarreo de caña cortada desde los ingenios paralizados hasta los que continúan en activo gracias a sus buenos indicadores fabriles.
Con mayores exigencias, controles y apremios para aumentar el procesamiento transcurrirá en lo adelante la zafra azucarera.
La más alta dirección del país subrayó la importancia para la economía de elevar los aportes del dulce por representar un renglón exportable.
Además, el endulzante es uno de los ingredientes del alimento animal, la industria garantiza miles de plazas laborales y representa un exponente de la identidad nacional.
La orientación es respaldar las faenas ahora y en las recolecciones venideras, apegados a los estudios de mercado y las necesidades del archipiélago caribeño.
Los avezados trabajadores del ramo deben asimilar en los próximos 40 días la reformulación de la agenda manufacturera, mejorar los rendimientos y aumentar la eficiencia.
Incluso provincias de buen ritmo, como la surcentral Cienfuegos, deben entregar partidas adicionales de crudo más allá de las cifras acordadas. Todo ello para alistar la mayor cantidad posible de azúcar y contribuir al avance de la industria de derivados de la caña.