La larga tradición solidaria de Cuba

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-03-23 09:31:22

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Foto: Archivo.

Por: María Josefina Arce.

Pobreza, hambre, insalubridad y analfabetismo son algunos de los flagelos que el mundo se ha trazado como meta erradicar, un esfuerzo en el que la cooperación Sur-Sur revierte vital importancia sobre todo para las naciones menos desarrolladas.

Constante ha sido el compromiso de Cuba con los más necesitados del mundo, a quienes sin condiciones y con pleno respeto por la soberanía y la autodeterminación de cada país, ha apoyado y brindado ayuda en esferas esenciales como la salud y la educación.

La ONU ha reconocido en diversas ocasiones la valiosa asistencia cubana no solo ante desastres naturales, sino en la lucha contra la insalubridad, la pobreza y el analfabetismo en el mundo.

Cuba, han coincidido funcionarios de las agencias de la ONU, mantiene un liderazgo a nivel internacional en la cooperación desinteresada con otros pueblos, fundamentalmente de América Latina y África.

La Mayor isla de las Antillas afirman fue una de las primeras naciones latinoamericanas en iniciar este tipo de cooperación de tanta significación para los ciudadanos de otros países, que, enfatizan, están agradecidos por la generosidad y solidaridad del pueblo cubano.

En la larga tradición solidaria de la revolución cubana y sus notables avances en la salud y la educación se han apoyado organismos internacionales para mejorar las condiciones de vida de los habitantes del área y de otros continentes.

Cuba ha puesto a disposición de otros pueblos sus profesionales de la salud, caracterizados por su alta profesionalidad y altruismo. Son muchos los que en el mundo buscan a los médicos cubanos por su trato personalizado, su amor y entrega.

Decenas de miles de especialistas cubanos han marchado a otras tierras no solo a apoyar ante emergencias sanitarias como el ébola en África Occidental o el cólera en Haití, sino con el firme propósito de mejorar los índices sanitarios de esos países y sobre todo posibilitar a muchos por primera vez el acceso a la atención médica.

En educación también el archipiélago cubano ha marcado la diferencia. El método de alfabetización “Yo sí puedo”, ideado por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, ha posibilitado que numerosas personas en el mundo hayan aprendido a leer y escribir.

Su implementación en naciones como Venezuela, Bolivia y Nicaragua permitió que fueran declaradas por la UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Territorios Libres de Analfabetismo.

Precisamente el presidente del Consejo de Rectores de Panamá, Aladar Rodríguez, ponderó el aporte de la Revolución cubana al desarrollo de la educación en Latinoamérica y el Caribe, durante un encuentro de universidades de ambas naciones, que sesionó en el país istmeño.

Destaca también en la educación y salud el trabajo de la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana, una iniciativa de Fidel Castro para la formación de médicos de diversas nacionalidades.

Cuba siempre estará al lado de los más necesitados, un compromiso que ratificó en la Segunda Conferencia de Alto nivel de la ONU sobre Cooperación Sur-Sur, que tuvo lugar en los últimos días en Buenos Aires, la capital de Argentina.



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