Por Fidel Rendón Matienzo
Muy oportuno por los peligros y desafíos que se ciernen ahora sobre la Revolución cubana, cuya continuidad se decide en la batalla económica y en la defensa, viene a ser el XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), que comienza en La Habana este sábado 20 de abril y concluye el miércoles 24.
Corresponde a la clase obrera poner en práctica en los talleres, fábricas, escuelas, hospitales, unidades del comercio y la gastronomía, en fin, en todos los centros de producción y servicios, no solo sus acuerdos sino también lo orientado en los últimos tiempos por la máxima dirección del país –y suscrito en los Lineamientos, en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030-, en aras desalvar la Patria.
El proceso orgánico desarrollado durante el pasado año en la base, del cual emergieron preocupaciones, demandas y propuestas de soluciones a problemas locales y a nivel de nación, sin dudas, fortaleció y prestigió mucho más al movimiento sindical, el cual siempre ha tenido como brújula en su actuar la unidad en torno al Partido, a la Revolución y a sus dirigentes, y claridad de cada momento histórico.
La cita sindical acontecerá tras celebrarse un pleno del Comité Central del Partido y dos sesiones extraordinarias de la Asamblea Nacional del Poder Popular decisivas para el presente y futuro de la Patria, al proclamarse en una la nueva Constitución de la República y en la otra definirse las medidas emergentes –y a largo plazo- a cumplir ante las limitaciones económicas, financieras y comerciales, que atraviesa el país, y el recrudecimiento del bloqueo y las agresiones del imperialismo norteamericano.
También el XXI Congreso de la CTC se efectuará a pocas horas de que halcones de la Casa Blanca, como Mike Pompeo y John Bolton, anunciaran la activación del Título III de la ley Helms-Burton, lo que permite el establecimiento de demandas contra empresas extranjeras que gestionan bienes nacionalizados por la Revolución, y nuevas medidas dirigidas a restringir los viajes de estadounidenses a la Isla y limitar el envío de remesas familiares.
Por tanto, las amenazas de la administración de Donald Trump, su desespero por derrocar los procesos revolucionarios de la región, es decir, de Venezuela, Cuba y Nicaragua, obligan a no descuidar las tareas de la defensa, a consolidar la preparación militar del pueblo.
Pero a su vez urge cumplir con eficiencia y eficacia los planes, producir más alimentos, mejorar la calidad de los servicios, fomentar la sustitución de importaciones y las exportaciones, ejecutar en tiempo y forma las inversiones, promover la inversión extranjera, el ahorro, el encadenamiento productivo, el uso de las fuentes renovables de energía y poner fin al desvío y robo de recursos como el combustible, entre otros imperativos.
Por transversalizar la sociedad cubana, dada su presencia en cada escenario laboral, todas esas batallas están en manos del movimiento obrero, con sus dirigentes sindicales al frente, con independencia de que también hay que resolver o dar respuesta a justos reclamos asociados con la reforma salarial, el mejoramiento de las condiciones de trabajo y seguridad social y la estimulación material, por citar algunos.
Tal como anunciara Ulises Guilarte, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido y secretario general de la CTC, en el Congreso “no sólo estarán presentes actores de la sociedad cubana en el marco de la empresa estatal socialista, sino también una importante representación de quienes integran hoy las formas de gestión no estatal”, sector objeto de un constante perfeccionamiento y que pide ser más tenido en cuenta en los planes económicos.
En correspondencia con la misión que le asiste a la clase obrera, desde la primera jornada de esa cita a sus delegados e invitados se les hablará sobre la actualización del modelo económico-social, las políticas aprobadas con una incidencia en el escenario laboral del país; el comportamiento de la economía cubana, principales desafíos y prioridades y política de empleo y salario, impactos en el ámbito laboral.
Pero también en los encuentros con los Ministros afines a sus respectivas ramas, en las sesiones de las Comisiones, y en el propio plenario, sin dudas, no faltará el compromiso que asumen los trabajadores cubanos de, ante una coyuntura local e internacional bien adversa y compleja, garantizar la continuidad de la Revolución, movilizarse y prepararse con la voluntad de vencer, como nos enseñó Fidel, especialmente en tiempos de mucha pelea. (Tomado de la ACN)