Por: Roberto Morejón
Como parte de la información del gobierno cubano a la población, en el vigésimo primer Congreso de la Central de Trabajadores los dirigentes explicaron las dificultades de la economía y las posibilidades de recuperación.
Los pormenores lo agradecieron casi mil 200 delegados sindicales y los ciudadanos en general, pues se perciben dificultades materiales asociadas al brutal recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos.
Cuba se ha provisto de una estrategia de resistencia ante la compulsión del adversario, además de atenuar insuficiencias internas y responder a las demandas del desarrollo.
La política cardinal enfatiza en aumentar la producción doméstica para sustituir importaciones, promover las exportaciones y concretar encadenamientos entre diversas esferas.
El gobierno cubano busca frenar lo que califica de espiral de endeudamiento porque obstaculiza la contratación de créditos y la captación de recursos para invertir internamente.
Otro derrotero trazado en la mayor de las Antillas es el estrechamiento de los nexos entre las Universidades y la producción, incluso de ámbito local, para aprovechar el potencial de sabiduría acumulado.
A la industria nacional se deparan respaldos en la medida de las posibilidades por la reducida capacidad de financiamiento.
Igualmente prevén sustentos a la elaboración de alimentos, construcción de viviendas, transporte e informatización, en vínculo ascendente con la producción.
La empresa estatal socialista como columna de la economía gana antelación y por esa razón surgirá una institución financiera para fomentarla.
Directivos hablaron de igual forma de esquemas cerrados de financiamiento a nivel de empresa y a determinadas producciones, así como de 13 políticas de incentivos a la ciencia, la tecnología y el florecimiento del entorno.
Es decir, los cubanos le imprimirán dinamismo a la ejecución de tácticas para actualizar el modelo económico y producir más con menos, dadas las restricciones materiales.
Salta a la vista la importancia de encumbrar la eficiencia empresarial como una vía para generar más bienes y servicios.
Y por esa ruta se podrán atender planteamientos de los trabajadores como los bajos salarios y el menguado poder adquisitivo del peso, la moneda nacional.
En esa cuerda destaca el objetivo de armonizar la evolución empresarial con una distribución mayor de las utilidades entre los obreros hasta llegar a cinco salarios medios, en comparación con tres en la actualidad, sobre la base de los resultados.
Las circunstancias son complejas, pero NO apuntan hacia el descalabro como aspira la actual administración de Estados Unidos.