Por María Josefina Arce.

El gobierno que preside Nicolás Maduro siempre ha manifestado su disposición de buscar una solución pacífica y resolver los problemas que enfrenta hoy Venezuela mediante el diálogo entre todos los sectores de la sociedad.

Y en ese camino en un nuevo esfuerzo de las autoridades bolivarianas para lograr la paz y estabilidad, la semana se inicia con la reanudación en Oslo, Noruega, de las conversaciones con la oposición, que sin embargo, no tiene una posición unificada al respecto.

No obstante. el presidente Maduro en su cuenta en Twiter, señaló que la representación del gobierno tiene buena disposición para trabajar la agenda integral acordada y avanzar en la construcción de buenos acuerdos.

Las conversaciones iniciadas a mediados del mes de mayo en Noruega han recibido el respaldo y la felicitación de la Organización de las Naciones Unidas y su secretario general, António Guterres, quien se ha mostrado dispuesto a colaborar en el proceso.

Venezuela nunca ha abandonado su vocación de paz y de trabajar por todo el pueblo de la nación sudamericana, pero no ha sido acompañada en ese esfuerzo por la oposición que ha recurrido incluso a la violencia, como los hechos acaecidos en 2014 que dejaron más de 40 muertos y numerosos lesionados entre la población civil.

Desde todos los frentes la derecha ha intentado derrocar a la Revolución Bolivariana y echar por tierra sus avances. Especulación, acaparamiento y alzas exorbitantes de los precios forman parte de la guerra económica que desde hace años mantiene la oligarquía y que ha requerido de la adopción de diversas medidas por las autoridades constitucionales para salvaguardar los derechos del pueblo.

Esta ha sido la estrategia opositora reforzada tras la llegada a la Casa Blanca del presidente norteamericano, Donald Trump, quien ha dictado toda una serie de sanciones contra el país sudamericano, que también ha sido objeto de ataques cibernéticos y enfrenta fuertes obstáculos para acceder al financiamiento externo.

Estados Unidos tiene la mira puesta en el petróleo venezolano y no le cae nada bien el nuevo proceso de diálogo. De hecho en una nueva acción injerencista, el departamento norteamericano de Estado rechazó ese proceso.

Hostil postura que es seguida por algunos sectores opositores que insisten en el desconocimiento de la legitimidad del presidente Maduro, quien fuera ratificado por la mayoría de los venezolanos en las urnas en mayo de 2018, en unos comicios avalados por observadores internacionales, pero que, sin ninguna base, la derecha se empeña en vender como fraudulentos.

Una intervención militar extranjera es la solución preferida de ciertos elementos a la compleja situación en Venezuela, desconociendo el sentir de la mayoría de los venezolanos, que en reiteradas ocasiones han dejado claro su oposición a una invasión a su Patria.

El constitucional gobierno de Venezuela ha apostado siempre por la paz y trabajar en bien de toda la sociedad. De ahí su entera disposición de sentarse a la mesa de negociaciones, y de tratar de llegar a un acuerdo pacífico, que aúne posiciones y tenga siempre en cuenta en primer lugar el desarrollo del país y el bienestar de cada uno de los venezolanos.