Por María Josefina Arce

Cuba y China marchan hacia el aniversario 60 del establecimiento de sus relaciones bilaterales, con el compromiso de continuar profundizando sus lazos de amistad, cooperación y entendimiento mutuo en innumerables temas del acontecer internacional.

De excelentes pueden calificarse los nexos entre las dos naciones, que mantienen un fluido y dinámico diálogo y un constante intercambio de visitas de delegaciones al más alto nivel.

Precisamente acaba de concluir su permanencia en el gigante asiático el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en su tercera visita a ese territorio, lo que demuestra la importancia que tiene para la Mayor de las Antillas las relaciones con Beiying, segundo socio comercial de La Habana.

El jefe de la diplomacia cubana repasó con las autoridades las perspectivas a corto y mediano plazos de los vínculos y los acuerdos de la visita que en noviembre pasado realizara a ese país asiático el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.

En los diversos encuentros recibió Bruno Rodríguez el apoyo de las autoridades chinas ante el reforzamiento de la política hostil de Estados Unidos hacia Cuba, con la activación del titulo III de la Ley Helms Burton.

Y es que los dos países se apoyan plenamente en temas de vital importancia. Cuba mantiene la defensa de una sola China y a la vez este país respalda la lucha del pueblo cubano por el cese del bloqueo norteamericano.

Además del consenso que existe entre las dos naciones en variados temas, son múltiples las áreas en que mantienen una estrecha cooperación que se traduce en beneficio de ambos pueblos.

De hecho es alta la presencia del sector empresarial chino en el proceso de actualización socioeconómica de la nación antillana, que avanza hacia la construcción de un socialismo próspero y sostenible.

Beiying está presente en importantes obras en territorio cubano. Ese es el caso del puerto Guillermón Moncada, de Santiago de Cuba, en cuya modernización ha sido decisiva la cooperación china.

Las obras ejecutadas dotarán a la segunda urbe cubana de mayores posibilidades para el trasiego de mercancías, dada su privilegiada ubicación geográfica en el Caribe.

La Mayor de las Antillas se ha transformado en uno de los principales destinos de las exportaciones chinas en el Caribe, mientras que el gigante asiático es desde hace más de una década uno de los principales compradores del níquel cubano.

En materia de salud y biotecnología también es estrecha la colaboración, aunque aún no alcanzan la excelencia a la que se aspira, dada las amplias potencialidades de ambas partes.

Cuba y China mantienen unas relaciones, caracterizadas no solo por décadas de amistad y fraternidad, sino por su plena madurez y confianza política. Para el aniversario 60 de su implementación tanto La Habana como Beiying están interesadas en continuar ampliando y consolidando esos nexos, que califican de estratégicos y en su mejor momento.