Los hogares pagan la guerra comercial de Trump

Editado por Maite González Martínez
2019-06-13 08:29:20

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Imagen tomada de El Economista.

Por: Guillermo Alvarado

Lejos están ya los días en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, esgrimía el argumento de que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”, con el propósito de convencer a sus ciudadanos de la necesidad de enzarzarse en un conflicto arancelario de grandes proporciones con China.

Aunque el aumento de impuestos a las importaciones es el arma favorita de la Casa Blanca en sus relaciones internacionales, ya diversos analistas advierten de cómo los hogares estadounidenses y el sector empresarial comienzan a sentir la carga de estas acciones que, por otro lado, no han conseguido los objetivos anunciados.

Así, por ejemplo, la profesora de economía de la Universidad de Syracuse, Mary Lovely, dijo a la cadena CNN, para nada sospechosa de simpatizar con Beijing, que los aranceles suplementarios aplicados por el gobierno son una carga para las familias y los productores.

Citó la académica un reporte de la cadena de tiendas Walmart, con presencia en casi todo el territorio del país norteño y buena parte de la región, donde se dice que una amplia variedad de productos de consumo aumentarán de precio si se aplican los nuevos impuestos anunciados por Trump.

El caso es que el 41 por ciento de toda la ropa, y el 71 por ciento del calzado que se venden en las tiendas estadounidenses son de origen chino y su costo se elevará y castigará a los padres de familia en sus compras para el inicio del próximo curso escolar.

Pero también los productores están afectados porque muchos artículos intermedios, como motores, cables, plásticos, piezas de repuesto y otros, representan la mayoría de las compras que Estados Unidos hace en China y ya aumentaron su costo.

Trump se limitó a aconsejar a estos empresarios que evadan el problema comprando sus insumos a fabricantes locales, pero el caso es que para muchos esa alternativa sencillamente no existe, señala la profesora Lovely

China también es uno de los principales proveedores de computadoras en el mundo, y el gobierno de Estados Unidos les aplicará el 25 por ciento de aranceles adicionales, es decir una cuarta parte de su valor original, por lo que muchos hogares, escuelas, hospitales y centros de trabajo no podrán adquirirlas.

Para los empresarios el aumento de los costos no es causa de gran sufrimiento, porque están acostumbrados a trasladar estas cifras, ya sea al precio de venta, o disminuyendo el pago por mano de obra, lo que significará menores salarios o supresión de empleos.

La guerra comercial “fácil de ganar” para Trump va tomando un cariz peligroso sobre todo porque su principal rival, la República Popular China, advirtió hace pocas horas que responderá con firmeza si Estados Unidos decide aumentar las tensiones.

Trum amenazó con nuevos impuestos a mercancías del país asiático por 300 mil millones de dólares si el presidente Xi Jingpin no asiste a la Cumbre del G-20 en Osaka, Japón, a finales de junio, o si allí no se logra un acuerdo que le satisfaga.

China contestó que no quiere la guerra comercial, pero no se asusta si tiene que librarla, por lo que el futuro se muestra tormentoso. Ya veremos.



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