Los burros pelean, los elefantes sonríen

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-08-02 08:03:45

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Foto: BBC.

Por: Guillermo Alvarado

El más reciente debate entre los 20 precandidatos a la presidencia de Estados Unidos en el partido Demócrata, simbolizado por la figura de un burro, demostró las profundas grietas entre las tendencias progresistas, moderadas y conservadoras en esa formación política que por ahora marcha en orden disperso.

Se trata de diferencias que al menos por ahora parecen insalvables y que podrían reflejarse en el comportamiento de los votantes, para beneficio de sus rivales del partido Republicano, representado por un elefante, donde salvo algunos tímidos intentos de disidencia, la mayoría parecen cerrar filas en torno a la reelección del polémico Donald Trump.

Pocas veces una contienda electoral había despertado tanta pasión cuando falta mucho tiempo para la cita con las urnas, que tendrá lugar en noviembre de 2020, es decir dentro de 15 meses.

La cantidad de aspirantes en el campo de los burros obligó a dividir el debate en dos días, martes y miércoles pasados, si bien la tónica fue similar en los desacuerdos.

Durante la primera jornada el blanco de los ataques fueron los precandidatos más progresistas, los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sánders, a quienes se les acusó de llevar demasiado a la izquierda al partido, lo que haría peligrar el voto del fuerte sector conservador.

Con más o menos diferencias, ambos son partidarios de crear un programa de salud universal, sin participación de aseguradoras privadas, el abandono de la persecución de los indocumentados y la condonación de las deudas universitarias.

Sanders, además, se pronunció por eliminar los lobbies petroleros, farmacéuticos y de armas. Varios de sus colegas que participaron en el debate los calificaron de extremistas y de hacerle el juego a los republicanos.

El miércoles el espectáculo tuvo pocas variaciones, solo que aquí los cañones se enfilaron contra el ex vicepresidente, Joe Biden, a quien criticaron por su papel en las deportaciones masivas de inmigrantes que se realizaron durante la administración de Barack Obama.

Biden respondió calificando de demasiado laxas las propuestas de algunos de sus rivales, entre ellos el único precandidato de origen hispano, Julian Castro, que propone despenalizar el cruce de las fronteras sin documentos.

El antiguo vicepresidente marcha a la cabeza en la intención de voto en el partido Demòcrata, con 30 por ciento, seguido por Elízabeth Warren y Bernie Sanders, que tienen alrededor de 15 puntos cada uno.

El único tema en el que todos los aspirantes a la nominación demócrata estuvieron de acuerdo fue en la crítica a Trump, al que calificaron de racista. No se trata nada más de sacar al actual presidente de la Casa Blanca, dijeron varios precandidatos, sino de recuperar la autoridad moral y el prestigio de Estados Unidos.

Toca ahora esperar los próximos debates para saber si el número de aspirantes va disminuyendo antes de que comiencen las primarias dentro de seis meses.

Lo que está seguro es que si los demócratas, o sean los burros, no logran hallar un candidato capaz de aglutinar a los tres sectores en que está dividido ese partido, la sonrisa se mantendrá entre los elefantes que podrían encaminarse a cuatro años más en el poder, para desdicha de casi todo el planeta.



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