'Se trabó el paraguas en Israel'

Editado por Maite González Martínez
2019-09-20 07:57:54

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Al cierre de los colegios en Israel, las encuestas a boca de urna dan un empate técnico entre Beny Gantz y el primer ministro Benjamín Netanyahu. Reuters

Por: Guillermo Alvarado

Como estaba previsto, las elecciones legislativas celebradas en Israel no aportaron un claro ganador entre los candidatos favoritos del centro y la extrema derecha, Beni Gantz y Benjamín Netanyahu, respectivamente, por lo que todo vuelve a estar igual que en meses recientes.

Prácticamente finalizado el conteo de votos Gantz, de la coalición Azúl y Blanco, tiene una muy ligera ventaja sobre Netanyahu, del partido Likud, pero es a todas luces insuficiente para formar un gobierno.

Azúl y Blanco habría alcanzado 33 legisladores y el Likud tendría 32, lo que en términos realistas es un empate técnico.

Para hacer un nuevo ejecutivo hace falta tener un mínimo de 61 de los 120 escaños que tiene el Parlamento israelí, algo de lo que están bastante lejos ambos partidos.

Este resultado es una clara derrota para Netanyahu, quien forzó la convocatoria a los comicios con la aspiración de recibir una fuerte votación y puso en juego polémicas promesas para atraer a los sectores más conservadores, entre ellas declarar territorio nacional a las colonias ilegalmente edificadas en suelo palestino.

Vendrá ahora una temporada de intensas negociaciones donde las alternativas son variadas, pero muchas de ellas inviables, dadas las ambiciones políticas de la mayoría de los implicados en este proceso.

La primera de ellas es formar gobierno entre Likud y Azul y Blanco, algo que por el momento se ve muy lejano.

Netanyahu, cuando aceptó su imposibilidad de formar un ejecutivo, le propuso esta alianza a Gantz, pero éste sólo se subiría al barco si él es el capitán.

Un árbitro en esta pelea puede ser el exministro de Defensa, Avigdor Liebermann, un hombre de la extrema derecha cuyo partido, Israel nuestro Hogar, logrará entre 8 y 10 diputados.

El problema para Netanyahu es que una eventual triple alianza sólo sería posible si él no encabeza el gobierno, lo que reduce a cero las oportunidades.

Esta lucha por el poder, sin embargo, no resulta en ningún beneficio para el pueblo palestino, porque en ella están involucradas las fuerzas más a la derecha del sionismo israelí, así que cualquiera que sea el resultado se mantendrán la represión, el robo de tierras y la política de exterminio, que se ejecutan prácticamente desde que se fundó el Estado de Israel.

Las autoridades palestinas, tanto en la Franja de Gaza, como en Cisjordania, ya manifestaron esta convicción, por lo que sea cual fuere el resultado de esta pelea entre depredadores se mantendrá la resistencia como única vía para conseguir su derecho a un Estado independiente y soberano.

Sería quizás un momento oportuno para que la comunidad internacional despertara de esta especie de amnesia colectiva y le exija a Israel que cumpla con las convenciones aprobadas en la Organización de las Naciones Unidas, en particular la creación de dos países vecinos, capaces de convivir en paz y armonía, única manera de poner fin a uno de los conflictos más prolongados y dolorosos en la historia moderna de la humanidad.



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