Por María Josefina Arce

Chile entró en su tercera semana de protestas. En las últimas horas el país fue sacudido por nuevas marchas en demanda de un cambio radical, en el que ha ganado fuerza con el paso de los días la exigencia de una nueva constitución que sustituya a la vigente desde la dictadura militar del general Augusto Pinochet.

Santiago, la capital, fue el epicentro de la gran movilización, a la que llamó la Mesa Unidad Social para protestar por las medidas económicas puestas en marcha por el gobierno del presidente Sebastián Piñera.

El cambio de gabinete y las medidas anunciadas por el primer mandatario no han hecho mella en los manifestantes que buscan más que cambios cosméticos, que solo darán continuidad al modelo neoliberal.

De hecho cerca del 87 por ciento de los ciudadanos está a favor de que se cambie la actual Carta Magna.

Chile despertó es el lema de las manifestaciones que han sumado a sus reclamos la demanda de la renuncia del presidente, convertido en el jefe de estado con la cifra más baja de aprobación, 13 por ciento, desde el retorno de la llamada democracia en la nación sudamericana en 1990.

El movimiento de protesta, iniciado por los estudiantes, cobró una fuerza inusitada y Piñera se vio obligado a derogar el alza del pasaje del metro que fue el detonante de las protestas.

Pero, como en el Chile de la dictadura militar, impuso toques de queda y lanzó a los militares a las calles, algo que no ocurría en la nación desde el fin del régimen de Pinochet.

Las imágenes de los últimos días evocaban aquellos tristes días. La represión ha sido intensa y se ha cobrado decenas de vidas, así como provocado más de dos MIL lesionados y un número elevado de detenidos.

Por demás, las conversaciones entabladas por las autoridades para intentar apaciguar los ánimos no tienen en cuenta al movimiento social, solo a algunos partidos de la oposición, aún cuando el propio Piñera afirmó en una conferencia de prensa que el ejecutivo tenía la misión de escuchar y abrir diálogo hacia un Chile más justo.

El diputado, Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista, aseguró que desde el ejecutivo no existe la disposición a conversar con representaciones sindicales, sociales, medioambientalistas, feministas y estudiantiles que han encabezado el vasto movimiento de protestas en las últimas semanas.

El malestar social en Chile parece no tener freno. Las medidas adoptadas por las autoridades a último momento y la fuerte represión militar no han logrado acallar a los chilenos, cansados de un modelo económico que solo ha traído más desigualdades sociales.