Por: Guillermo Alvarado
El crecimiento de la economía mundial se mantendrá estancado en 2020 a los mismos niveles de este año, debido en particular a las ruinosas consecuencias de la guerra arancelaria desatada por Estados Unidos contra China y algunos de sus principales socios, que mantiene bajo intensa presión a las relaciones comerciales.
Así se puede deducir a partir del informe presentado la víspera por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, donde pronostica que el año venidero habrá un alza de 2,9 por ciento, similar a la actual que es la peor registrada desde el inicio de la crisis financiera global de 2008.
Las estimaciones a mediano plazo tampoco son halagüeñas, pues en 2021 el crecimiento será apenas de una décima de punto más, para alcanzar el tres por ciento.
De acuerdo con la OCDE, que agrupa a las economías capitalistas más grandes del planeta, se mantiene una fuerte incertidumbre que deprime el intercambio comercial y las inversiones.
Agrega el documento que muchos países asumieron como coyunturales determinados factores, como la digitalización, el cambio climático o las transformaciones geopolìticas ocurridas a partir de 1990, y creyeron que podrían ser resueltas con la intervención de los bancos centrales y políticas monetarias o fiscales.
En realidad se trata de modificaciones estructurales que requieren una respuesta mucho más profunda, que aún está pendiente de diseño. Recordemos que hubo algunos líderes que en su momento llamaron a una nueva arquitectura del sistema económico y financiero global, pero no fueron escuchados.
En cuanto a los dos principales protagonistas de la guerra arancelaria desatada por el presidente Donald Trump, las perspectivas son marcadamente diferentes.
Para Estados Unidos el 2019 cerrará con un ligero descenso de una décima de punto para situarse en 2,3 por ciento y los dos años siguientes se mantendrá en dos unidades, una situación más compleja de lo que quiere admitir el gobierno de Trump.
China, en cambio, escapará este año a la media mundial y logrará un crecimiento de 6,2, bastante más de lo esperado por los especialistas. En 2020 el alza será de 5,7 y bajará a 5,5 en 2021, cifras excepcionales en el contexto global.
Pero si estas noticias son de por sí bastante malas, aún hay otras peores. Un artículo publicado por el diario francés Le Figaro indica que la guerra comercial entre Washington y Beijing está bastante lejos de terminar y no se prevé ningún acuerdo entre las dos potencias antes de que finalice este año.
Si a finales de octubre había algunas razones para el optimismo tras un anuncio de supuestas rebajas arancelarias estadounidenses y la intención de China de comprar grandes volúmenes de productos agrícolas a granjeros del país norteño, todas las esperanzas tienden ahora a desvanecerse.
La burda intromisión de Washington en los asuntos internos de Hong Kong, con el apoyo expreso del Senado y el presidente Donald Trump a los manifestantes que buscan derrocar al gobierno, vino a complicar aún más la situación.
China llamó a Estados Unidos a que desista de esta injerencia antes de que sea demasiado tarde y se enrarezca aún más el ambiente, que obviamente ya nos está afectando a todos.