Por: Guillermo Alvarado

Avalado por el abultado apoyo que le brindó la ciudadanía en las recientes elecciones legislativas, el primer ministro británico, Boris Johnson, se apresta a concretar la salida de la Unión Europea el 31 de enero de 2020, un proceso que debe quedar definitivamente cerrado el último día del año venidero.

Se acerca así un divorcio que comenzó a tramitarse con el referendo sobre la permanencia o no del Reino Unido en el bloque continental, que se celebró en 2016, y que ha costado el cargo a dos jefes de gobierno del partido Conservador, James Cameron y Theresa May.

De acuerdo con el analista Alfredo García, los mismos que dijeron sí a la separación, fueron los que ahora le permitieron a Johnson una cómoda mayoría de 364 escaños en la Cámara de los Comunes, formada por 650 miembros.

Los siguientes pasos ya están marcados y comenzarán este jueves con el discurso de la reina Isabel II ante el Parlamento, donde trazará las líneas de gobierno para los próximos cinco años, entre ellas las relacionadas con el brexit, como se conoce a la separación de la Unión Europea.

El viernes Johnson presentará su proyecto de divorcio para que sea discutido y luego sometido a votación, lo que no representará ningún problema.

Pero no todo es miel sobre hojuelas para el primer ministro, porque las elecciones legislativas también le depararon algunas malas noticias.

Una de ellas ocurrió en Escocia, donde el Partido Nacional Escocés, opuesto al brexit, conquistó 48 de los 59 diputados del parlamento local y abrió las puertas a un nuevo referendo sobre la independencia de esa nación, una de las cuatro que forman el Reino Unido, junto con Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales.

La historia del pueblo escocés está plena de sangrientas y arduas guerras por su libertad, la mayoría de ellas peleadas contra el dominio inglés.

Otra mala nueva le llegó a Johnson desde Irlanda del Norte, donde su principal aliado, el Partido Unionista Democrático logró el 43,1 por ciento de los votos y quedó por detrás la opositora alianza de republicanos del Sinn Féin, que logró 47,1 puntos y podría negociar con los moderados del Alliance Party, que quedó tercero en la votación con el 9,8 por ciento de los sufragios.

Esa isla es un tema candente en el divorcio porque el sur, la República de Irlanda, es independiente y seguirá como miembro de la Unión Europea, en tanto el norte se separa.

Esto significa que la frontera terrestre entre el bloque continental y el Reino Unido estará justamente allí, lo que podría avivar tensiones que han estado latentes desde el final del conflicto armado gracias al llamado “Acuerdo de Viernes Santo”, firmado en 1998.

Como se ve, aunque el camino del brexit está abierto, eso no significa que todo sea expedito porque quedan abundantes piedras que sortear en su trayecto. Ya veremos, amigos oyentes y lectores, en que para todo.