Por: Guillermo Alvarado

Una inusual navidad vivieron los franceses este año, con la paralización de la mayor parte del servicio de transporte público terrestre debido a la huelga decretada contra la reforma del sistema de jubilaciones que impulsa el presidente Enmanuel Macron, que afectará a millones de trabajadores.

El paro cumple hoy 22 días de duración y lejos de debilitarse demostró una fuerza poco común durante los feriados navideños, sobre todo en París donde el metro y los autobuses urbanos prácticamente no funcionaron.

También hubo un servicio muy limitado en el sistema ferroviario interdepartamental, los llamados trenes de cercanías y las líneas internacionales, cuyos empleados serán de los más afectados por la iniciativa de Macron.

Existen en la actualidad en Francia un total de 42 modelos de jubilación y el ejecutivo se dispone a integrarlos en uno solo, lo que implica la desaparición de los regímenes especiales, entre ellos los del transporte, que permiten a los trabajadores retirarse antes de la edad límite o negociar una pensión mayor..

La decisión del gobierno de decretarse vacaciones hasta el próximo año, en lugar de de mantenerse en funciones y buscar una solución al paro por medio de negociaciones con los sindicatos, causó mucho malestar entre la población, que incrementó las muestras de solidaridad hacia los huelguistas.

En los dos últimos días se organizaron comidas populares para los trabajadores y sus familias y se hicieron colectas de dinero para apoyarlos.

El próximo sábado 28 de diciembre se ha convocado a movilizaciones en distintos lugares del país para exigir al presidente que retire su proyecto, que debe ser debatido en el Consejo de Ministros el 22 de enero y, de ser aprobado, se enviará al Organismo Legislativo para convertirlo en ley.

Todo parece indicar que el movimiento se mantendrá hasta fin de año, lo que obligará a muchos franceses a quedarse en casa durante esos días.

El secretario general del sindicato de ferroviarios, Laurent Brun, dijo que si ya han perdido 22 días de salario, pueden mantenerse en huelga el tiempo que haga falta para hacer comprender al gobierno que debe renunciar a su reforma.

Los trabajadores de la cultura también se sumaron al paro con algunas iniciativas curiosas. A pesar del frío habitual de esta época del año, el cuerpo de danza y los músicos de la Ópera de París interpretaron la obra El Cascanueces, un clásico navideño, en el portal del famoso teatro para todo el público que circulaba por allí.

También se espera que en los primeros días del año que ya casi comienza se agreguen a la protesta los maestros, así como algunos profesionales que tienen regímenes especiales de retiro, como los médicos, abogados y pilotos.

Así pues, el 2020 comenzará en Francia con una de las mayores muestras de descontento laboral de los últimos tiempos y habrá que ver cuánto más puede resistir Macron toda la presión que se le viene encima o si, por el contrario, la firmeza de los sindicatos le hace abandonar una reforma que prácticamente todos los sectores consideran injusta y lesiva para los intereses de los trabajadores.