Por Lorenzo Oquendo
El presente año 2020 continuó en el ámbito del cambio climático con fuerte impacto contra la costa este de Australia donde incendios forestales queman por estos días centenares de hectáreas de árboles sin que aún se conozca qué avances tendrán los fuegos provocados por temperaturas superiores a los 40 grados celsius y sostenidos vientos.
Ante esa situación miles de residentes australianos y veraneantes de otros países tuvieron que replegarse para buscar refugio en playas de los estados orientales de Victoria y Nueva Gales del Sur para, en transporte marítimo, evacuarse de los siniestros fuegos que provocaron en esos territorios ocho víctimas mortales y más de 20 personas desaparecidas durante la semana que concluye.
Realmente, Australia tiene una situación sin precedentes con los incendios forestales. De acuerdo con autoridades de ese país, las carreteras están bloqueadas, el transporte marítimo y algunos puentes aéreos son la única forma de que los ciudadanos puedan alejarse de zonas urbanas, aunque el intenso humo de fuegos transformados en tormentas impiden el despegue de aviones de salvamento.
Los incendios forestales en Australia extendidos a varias regiones quemaron más de cinco millones de hectáreas boscosas y destruyeron mil 300 viviendas solo en el estado de Nueva Gales del Sur como demostración de que las llamas son desastrosas a medida que avanzan de manera incontrolable.
¿No es esa una muestra de las numerosas que existen para impedir el avance del cambio climático?
¿Acaso debe continuar la pérdida de recursos materiales y vidas humanas por catástrofes ambientales consecuencias de gases contaminantes de efecto invernadero?
¿Cuándo y en qué momento las medidas debatidas, valoradas y establecidas se aplicarán para evitar que el planeta sea irreversible ante peligrosos eventos climáticos?
Con esas interrogantes no pueden ni deben existir abstenciones, sino la voluntad política de las naciones donde sus gobernantes influyan y decidan eliminar perforaciones en búsqueda de combustibles fósiles, que es preciso sustituir con incrementos sistemáticos de fuentes renovables de energía.
De acuerdo con señalamientos meteorológicos internacionales, los recientes años experimentaron aumentos de temperatura global, verificación que expone a riesgo el compromiso de la Cumbre de París de no sobrepasar de 1,5 grados celsius el ambiente calórico.
Pero Australia el más grande de los 14 países de Oceanía no es el único territorio afectado por el cambio climático, si no otras naciones sufren igualmente impactos de eventos ambientales. Vale recordar la catastrófica temporada de huracanes en el océano Atlántico del año 2017 que perjudicó a muchos estados del Caribe al causar la muerte de tres mil 300 personas y daños materiales que superaron los 200 mil millones de dólares.
Por tanto, ante el avance del cambio climático la razón colectiva debe imponerse.