Un nuevo elemento de desestabilización para la paz en América Latina

Editado por Maite González Martínez
2020-01-22 08:01:08

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Por María Josefina Arce

“Nos sentimos honrados de entrenar con Colombia, un amigo cercano de los Estados Unidos y socio global de la OTAN”, dijo el almirante Craig Faller, comandante del Comando Sur, y con esa frase confirmó lo que todos saben, las cercanas relaciones de Bogotá con Washington y su total acatamiento a sus dictámenes.

Colombia le ha seguido el juego al gobierno del presidente norteamericano, Donald Trump, en sus intentos por desestabilizar y derrocar al legítimo gobierno de Venezuela.

El presidente Iván Duque prestó el territorio de su país, sin contar con los colombianos, para aquella farsa de hace un año de un concierto para recaudar fondos para el pueblo venezolano, supuesta víctima del gobierno del presidente Nicolas Maduro.

Fondos que por demás, nunca llegaron a los venezolanos, pues fueron malversados por elementos de la oposición venezolana, entre ellos, Juan Guaidó, quien ilegalmente se declarara el pasado año presidente temporal de Venezuela, apoyado por Estados Unidos y gobiernos de algunos países del área.

El presidente Iván Duque por demás, acaba de recibir con los honores de jefe de estado a Guaidó, quien para asombro de muchos participó en la mal llamada Conferencia Ministerial Hemisférica contra el terrorismo, momento que aprovechó para reunirse con el secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo.

Ahora las Fuerzas Armadas de Colombia realizarán del 23 al 29 de enero ejercicios conjuntos con el Comando Sur, una información dada a conocer precisamente durante la celebración de la cita contra el terrorismo, a la que asistía Pompeo.

No se hicieron esperar las muestras de rechazo en la sociedad colombiana a la presencia del Comando Sur en ese país. La otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, hoy el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, señaló que es una amenaza a la paz regional el ejercicio militar entre este país y Estados Unidos.

En su cuenta de Twiter apuntó que el presidente Iván Duque no sólo regala la soberanía colombiana, sino que también amenaza la seguridad y paz de América Latina, declarada en 2014 en La Habana Zona de Paz.

Lo cierto es que desde el triunfo en 1999 de la Revolución Bolivariana, de Venezuela, se ha apoyado Washignton en Bogotá para amenazar la estabilidad y seguridad de la vecina Venezuela.

Según acuerdos suscritos entre las dos naciones, militares y contratistas estadounidenses utilizan las bases militares colombianas para sus operaciones.

Solo a dos años del triunfo bolivariano habían en Colombia unos MIL efectivos norteamericanos, de acuerdo con el sitio digital SEMANA, que cita informes del Departamento norteamericano de Defensa.

La realidad es que la realización de estos ejercicios militares añade un elemento más de tensión, pues tendrán lugar en un contexto de recrudecimiento de la hostilidad de Washington hacia países de la región como Venezuela, Nicaragua y Cuba.



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