Por María Josefina Arce
Cuando el mundo se enfrenta al nuevo coronavirus y naciones como China y Cuba mantienen una actitud solidaria, otras como Estados Unidos persisten en sus acciones unilaterales que afectan la respuesta ante la COVID 19.
Varias son las voces que se han alzado para pedir a organismos internacionales un pronunciamiento sobre las sanciones que Washington mantiene contra Cuba, Venezuela y otros pueblos que complican su capacidad de enfrentamiento a la actual pandemia.
En carta a entidades como la Organización Mundial de la Salud y su Junta de Monitoreo de Preparación Global, las Asociaciones de Amistad Australia-Cuba afirman que el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba ha restringido su acceso a la adquisición de equipos y medicamentos.
Cuba ha denunciado en reiteradas ocasiones que desde el inicio de la aplicación del bloqueo, hace casi seis décadas, el sector de la salud ha sido uno de los objetivos priorizados de las agresiones de los diversos gobiernos estadounidenses.
En el informe presentado el pasado año ante la ONU por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, se precisa que entre abril de 2018 y marzo de 2019, las afectaciones provocadas por esa política hostil al sector sanitario ascendieron a 104 millones 148 mil 178 dólares.
Bajo la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, se ha recrudecido el bloqueo y su carácter extraterritorial por lo que cada vez se reciben más negativas o ninguna respuesta ante los pedidos de la Mayor de las Anillas para adquirir insumos o equipos necesarios.
Comprar en mercados lejanos y tener que lidiar con el aumento de los precios de importación de medicamentos, reactivos, instrumental médico, material gastable, equipos y piezas de repuesto incrementan el costo económico para el país caribeño.
Pero Cuba no se ha rendido y los intentos de Estados Unidos de avasallar a su pueblo mediante enfermedades ha chocado con la voluntad política del gobierno, que en estos momentos ha desplegado un notable esfuerzo para contar con los medios necesarios y hacer frente a la pandemia.
Y aún en estas difíciles circunstancias tampoco ha traicionado su espíritu solidario y humanista. Los profesionales cubanos de la salud han brindado su ayuda en cualquier parte del mundo, y ahora ante la emergencia mundial por el COVID 19 sigue marcando la diferencia.
Estados Unidos debería reflexionar, dejar de lado por una vez su egoísmo y sus motivaciones políticas y hegemonistas, pues como bien se ha señalado son tiempos de solidaridad y de unirnos en el enfrentamiento a una enfermedad que mantiene en vilo al mundo y ya se ha cobrado muchas vidas.