Por: Guillermo Alvarado
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue calificado como el gobernante más ineficiente del planeta para manejar la grave crisis sanitaria provocada por el coronavirus, que podría crear una catástrofe en el gigante sudamericano debido a la falta de un programa serio para contenerlo.
La nota se la dio al mandatario la consultora estadounidense Eurasiagroup, y hay que decir que se la ganó a pulso por sus decisiones que oscilan entre la ignorancia y la estulticia.
Ha dicho, por ejemplo, que la Covid-19 es una simple gripe, lo que revela que no ha caído en la cuenta de lo que está ocurriendo en el mundo en la actualidad. Si tan siquiera se molestara en mirar los noticieros sabría que esa “simple gripe” ha matado a casi 16 mil personas e infectado a más de 400 mil.
Otra joya de su ineficacia fue la emisión de una medida autorizando a los patronos a suspender a sus trabajadores durante un período de cuatro meses sin pagarles ningún salario.
Esto se realizará, según él, luego de un entendimiento entre las dos partes, si bien todo el mundo sabe que cuando los patronos buscan un “entendimiento” con los trabajadores les ponen una simple condición: aceptan, o se van directo a la calle.
El malestar que esto generó fue tan grande que incluso representantes del ámbito conservador rechazaron el documento. Rodrigo Maia, legislador de derecha y presidente de la Cámara de Diputados, simple y llanamente le devolvió el proyecto al presidente.
Luego de recibir oleadas de críticas Bolsonaro dio marcha atrás en esta iniciativa destinada a proteger a sus amigos empresarios, pero de todas maneras se negó una vez más a declarar la cuarentena.
No lo saca de allí ni siquiera lo que está ocurriendo en el país gobernado por aquel a quien considera su mejor amigo, su ídolo y mentor, Donald Trump, al cual el piso se le mueve con mayor fuerza.
La falta de acción ante el ataque del virus en Estados Unidos está dando resultados monstruosos. De la noche a la mañana sumaron 52 mil casos detectados en todo el país y apenas entre lunes y martes en Nueva York surgieron cuatro mil 700 nuevos enfermos.
Nada de esto inmuta al presidente brasileño, quien está demostrando que en materia de tozudez y malas prácticas es capaz de superar al mismo Trump y empuja a su país hacia el abismo de manera casi irremediable e irreparable.